Utilizando luz que ha viajado durante más de 11 mil millones de años para llegar hasta nosotros, los científicos acaban de medir el campo magnético más distante hasta el momento. Fue emitida por una galaxia llamada 9io9, que aparece tal como era apenas 2.500 millones de años después del Big Bang. Mapear sus líneas debería ayudar a los astrónomos a comprender cómo las galaxias hacen girar los gigantescos campos magnéticos que las atraviesan y rodean en la infancia del Universo.
“Muchas personas tal vez no sepan que toda nuestra galaxia y otras galaxias están entrelazadas con campos magnéticos que abarcan decenas de miles de años luz”, dice el astrofísico James Geach de la Universidad de Hertfordshire en el Reino Unido.
“Este descubrimiento nos da nuevas pistas sobre cómo se forman los campos magnéticos a escala galáctica”.
Los campos magnéticos son comunes en todo el Universo. Por lo general, funcionan con el flujo de material conductor de electricidad que convierte la energía cinética en energía magnética en lo que se conoce como efecto dinamo. El campo magnético de la Tierra es generado por un fluido que chapotea en su interior, por ejemplo.
Se cree que los campos magnéticos galácticos se generan de manera similar. La galaxia gira y el gas cargado en su interior también gira. Este movimiento mantiene el campo magnético galáctico, pero es un campo magnético mucho más débil que el que encontrarás alrededor de la Tierra o el Sol. El campo magnético de la Vía Láctea se ha medido, por ejemplo, entre 25 y 60 microgauss. El de la Tierra está entre 0,22 y 0,67 gauss en la superficie.
Sin embargo, en primer lugar, no sabemos cómo se inician los campos magnéticos galácticos. ¿Se crean a partir de un proceso de arriba hacia abajo, heredado del Universo más amplio donde se forman? ¿O los campos magnéticos surgen de un proceso ascendente, de lo que se forma en la galaxia generando los campos magnéticos que luego la impregnan?
El descubrimiento del campo magnético de 9io9 nos da algunas pistas. La galaxia fue magnificada por la presencia de una masa en primer plano que curva el espacio-tiempo, lo que permitió a Geach y sus colegas medir la polarización de su luz. Esto ocurre cuando la longitud de onda de la luz se orienta fuertemente en una dirección particular mientras viaja a través de un campo magnético.
Según el análisis de la luz, el campo magnético de 9io9 era similar al de las galaxias cercanas. Incluso mostró una resistencia comparable, 500 microgauss o menos. Eso es aproximadamente 1.000 veces más débil que el campo magnético de la Tierra. Esto sugiere que el campo magnético se formó rápidamente mientras la galaxia aún estaba creciendo, lo que implica que los campos magnéticos galácticos están fuertemente vinculados al material que está formando nuevas estrellas.
El equipo cree que la formación de estrellas, que a menudo ocurre a un ritmo vertiginoso en el Universo temprano, puede ayudar a acelerar el crecimiento y desarrollo de los campos magnéticos galácticos. A su vez, los campos magnéticos pueden influir en la posterior formación de estrellas. El descubrimiento, dicen los investigadores, ofrece una nueva ventana al funcionamiento interno de las galaxias en un momento crucial de la evolución del Universo.
La investigación ha sido publicada en Nature.
Fuente: Science Alert.