Un estudio internacional, en el que participó el INRAE y que fue coordinado por la Universidad Agrícola de China, ha demostrado que la rotación de cultivos supera al monocultivo continuo en términos de rendimiento, calidad nutricional e ingresos agrícolas. Los resultados, basados en más de 3600 observaciones de campo de 738 ensayos experimentales en seis continentes, se han publicado en Nature Communications.
Aunque la rotación de cultivos se practica ampliamente en Europa, sobre todo para el control de plagas, enfermedades y malezas invasoras, los monocultivos siguen predominando en África y el sur de Asia. En otras regiones, los monocultivos continuos aún pueden ser populares, en particular los de soja, como en Sudamérica, donde la demanda de este producto agrícola básico es alta.
Para apoyar la transición de los sistemas agrícolas a escala mundial, es fundamental cuantificar los costos y beneficios de la rotación de cultivos en comparación con los monocultivos, considerando las características particulares de cada una de las principales regiones agrícolas del mundo. A pesar de la disponibilidad de numerosos datos experimentales, hasta la fecha no se ha realizado ningún estudio sintético y multicriterio exhaustivo sobre el impacto de la rotación de cultivos.
En este contexto, el INRAE ha estado trabajando como parte de un equipo internacional, coordinado por la Universidad Agrícola de China en Beijing, para recopilar y analizar un conjunto de datos de 3663 observaciones pareadas de ensayos de campo extraídas de 738 experimentos entre 1980 y 2024. Su objetivo era cuantificar los impactos de la rotación de cultivos en tres dimensiones críticas: rendimiento del cultivo (teniendo en cuenta los promedios y la variabilidad), producción nutricional (energía dietética, proteínas y micronutrientes) e ingresos agrícolas.
Los ingresos aumentan un 20% con la rotación.
Este metaanálisis multicriterio ha demostrado que, al considerar la secuencia de rotación completa y todas las combinaciones de cultivos, la práctica de la rotación de cultivos incrementa los rendimientos totales en un 20% en comparación con el monocultivo continuo. El aumento del rendimiento es ligeramente superior cuando la diversificación de cultivos incluye leguminosas (como guisantes, habas, trébol y alfalfa) en comparación con un régimen sin leguminosas (+23% frente a +16%).
Los resultados también indican una menor variabilidad interanual en el rendimiento de los cultivos con rotación en comparación con los monocultivos. En cuanto al valor nutricional, los resultados muestran que el contenido energético y proteico de los alimentos producidos es un 24% y un 14% mayor, respectivamente, en los cultivos con rotación. Además, la rotación de cultivos incrementa el contenido de micronutrientes como hierro (Fe), magnesio (Mg) y zinc (Zn) en un 27%, un 17% y un 17%, respectivamente. Por último, los datos muestran un aumento del 20% en los ingresos agrícolas de los cultivos con rotación en comparación con los monocultivos, bajo condiciones experimentales controladas.
El estudio permite seleccionar cultivos específicos para la rotación, adaptándolos a los contextos productivos de las principales regiones agrícolas del mundo. En Argentina y Brasil, la rotación soja-maíz puede incrementar el contenido calórico en un 118%, la calidad nutricional en un 191% y los ingresos en un 189% en comparación con el monocultivo continuo de soja. En África occidental y meridional, estos incrementos son del 94%, 91% y 89%, respectivamente, para la rotación sorgo-maíz en comparación con el monocultivo continuo de maíz.
Estos resultados subrayan la importancia y los beneficios de la rotación de cultivos para la sostenibilidad de los sistemas agrícolas. Asimismo, ponen de relieve la necesidad de comprender mejor las barreras existentes (prácticas agrícolas, cadena de suministro y estructura de mercado, etc.) que dificultan la adopción de la rotación de cultivos en algunas zonas del mundo.
Fuente: Phys.org.
