Plantas de tratamiento remueven el 99% de los nanoplásticos del agua potable

Tecnología

A estas alturas, todo el mundo es consciente de que la contaminación plástica es un gran problema y un peligro para el medio ambiente. Sin embargo, la contaminación plástica más común y generalizada puede ser invisible. Se han encontrado pequeñas piezas de plástico con un diámetro de 5 milímetros o menos, denominadas microplásticos, prácticamente en todas partes, y dentro de innumerables especies, y eso incluye a los humanos.

Justo este año, los científicos han encontrado microplásticos por primera vez en la sangre y los pulmones humanos. Nadie sabe cómo llegaron allí, pero dado su pequeño tamaño, los microplásticos pueden contaminarnos fácilmente a través de los alimentos que comemos y el aire que respiramos, así como a través de las fuentes de agua. Y, sí, esto incluye agua embotellada.

Aunque no se conocen los efectos a corto ni a largo plazo de la exposición a los microplásticos en la salud humana, no debemos arriesgarnos. Es por eso que los investigadores en Suiza de Eawag Aquatic Research y Zurich Water Works lanzaron un proyecto en 2019 para investigar si las plantas locales de tratamiento de agua estaban a la altura de este desafío del siglo XXI, y tienen buenas noticias para compartir. Escribiendo en el Journal of Hazardous Materials, los investigadores encontraron que los filtros lentos de arena biológicamente activos retuvieron más del 99,9% de las partículas de plástico, incluso aquellas más pequeñas que una milésima de milímetro de diámetro, los llamados nanoplásticos.

“Los análisis de terceros no pudieron detectar microplásticos en las profundidades a las que se recolectó el agua del lago (alrededor de 30 metros), por lo que asumimos que allí tampoco existirán casi nanoplásticos”, dijo el Dr. Ralf Kägi del Departamento de Ingeniería de Procesos de Eawag en un comunicado.

El equipo de investigación primero realizó experimentos a pequeña escala en el laboratorio utilizando filtros de arena, luego se trasladó a la instalación de tratamiento de agua del lago en Zurich Water Works desde donde se canaliza el agua potable a los hogares, hospitales y restaurantes. En ambos casos, los investigadores apenas pudieron encontrar rastros de polímeros.

Para identificar partículas nanoplásticas cientos de veces más pequeñas que el ancho de un mechón de cabello, los investigadores se inspiraron en la medicina, donde las células cancerosas se etiquetan para monitorear su distribución en el cuerpo humano. Al etiquetar un montón de partículas nanoplásticas en la fuente, los investigadores pudieron rastrear su ruta a través del proceso de tratamiento del agua hasta su ubicación final utilizando un espectrómetro de masas.

Los científicos también investigaron la eficacia de la filtración microplástica de la ozonización, en la que el agua se infunde químicamente con ozono para tratarla y desinfectarla. Sin embargo, este proceso apenas afectó el transporte de nanopartículas. La eliminación más eficaz de los diminutos polímeros se obtuvo utilizando arena envejecida recubierta con biopelícula.

Esto significa que algunas de nuestras plantas de tratamiento de agua, que ya están instaladas para descontaminar otros tipos de contaminación, también trabajan contra partículas microplásticas y nanoplásticas. Entonces, al menos en lo que respecta a los nanoplásticos, el agua del grifo es segura por ahora.

Fuente: ZME Science.

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