En julio, el Reino Unido aprobó la carne cultivada para su uso en alimentos para mascotas. Ahora, una start-up con sede en Londres ha lanzado el primer producto que incluye carne cultivada en laboratorio.
Chick Bites, que incluye proteínas de origen vegetal junto con carne de pollo cultivada en laboratorio a partir de un huevo de gallina, ahora solo se vende en una tienda. Pero podría ser un punto de inflexión para la comida para mascotas.
Carne cultivada en laboratorio
El Reino Unido se ha convertido en el primer país europeo en aprobar la venta de carne cultivada en laboratorio. Mientras que otros países (como Singapur o Israel) están cultivando carne para consumo humano, Gran Bretaña está probándola para la comida para mascotas.
El nuevo producto fue lanzado por Pets at Home, uno de los minoristas de mascotas más grandes del Reino Unido y Europa. Se ha puesto a la venta un lanzamiento limitado en una tienda en el oeste de Londres, pero el plan es lanzarlo gradualmente a más de 400 tiendas. El producto fue elaborado por Meatly, una empresa que se fundó recién en 2021.
“Hace solo dos años esto parecía un viaje a la luna. Hoy despegamos. “Es un gran paso adelante hacia un mercado significativo para la carne que es saludable, sustentable y respetuosa con nuestro planeta y otros animales”, dice el director ejecutivo fundador de Meatly, Owen Ensor.

La innovación es el pollo cultivado. Se empieza por tomar una pequeña muestra de un huevo de gallina y luego se cultiva en un laboratorio, junto con vitaminas y aminoácidos. Luego, las células se cultivan en un recipiente, lo que da como resultado una pasta similar al paté. El resultado no es una imitación ni un producto parecido al pollo. Es pollo, excepto que no se mataron animales para ello.
Por qué es tan importante
El atractivo de la carne cultivada en laboratorio funciona en varios niveles. Para empezar, no se mata a ningún animal en el proceso. Más de 200 millones de pollos son sacrificados todos los días, lo que alcanza la friolera de 73 mil millones por año.
La comida para mascotas también contribuye significativamente a esto. A pesar de las afirmaciones de que la comida para mascotas utiliza carne procesada (carne que de todos modos no comerían los humanos), esa afirmación no está respaldada por datos. El impacto ambiental de la comida para mascotas también es sorprendente.
Según un estudio, un área del doble del tamaño del Reino Unido se utiliza para producir comida seca para gatos y perros cada año. Si los alimentos para mascotas fueran un país, estarían mejor clasificados que Chile o Marruecos.
“La tenencia de mascotas tiene un impacto significativo y creciente en el uso de la tierra y en la generación de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto debería tenerse en cuenta en los esfuerzos por hacer que los sistemas alimentarios mundiales sean más sostenibles”, dijo el profesor Dominic Moran de la Universidad de Edimburgo, coautor del estudio mencionado anteriormente.
Al pasar a la carne cultivada para los alimentos para mascotas, empresas como Meatly esperan reducir drásticamente esta huella ambiental. En comparación con la producción de carne tradicional, la carne cultivada en laboratorio requiere muchos menos recursos, ya que utiliza menos tierra y agua y produce menos emisiones de gases de efecto invernadero. Si se adopta ampliamente, esto podría marcar un punto de inflexión para hacer que los alimentos para mascotas sean más sostenibles, alineando a la industria con esfuerzos más amplios para combatir el cambio climático y reducir el sufrimiento animal.
¿Pueden los alimentos para mascotas cultivados en laboratorio convertirse en algo común?
Si bien el lanzamiento de Chick Bites es un hito importante, el éxito de los alimentos para mascotas cultivados en laboratorio a largo plazo dependerá de varios factores clave: escalar la producción, reducir los costos, la aprobación regulatoria y la aceptación del consumidor.
En la actualidad, producir carne cultivada sigue siendo relativamente caro. Meatly, al igual que otras empresas de este sector, tendrá que reducir los costes optimizando el proceso de crecimiento, mejorando las técnicas de cultivo celular y, en última instancia, aumentando la producción. La mayoría de las previsiones indican que el precio de la carne cultivada puede ser muy inferior al de la carne existente, pero todavía queda mucho trabajo por hacer.
Sin embargo, quizá el mayor reto sea la percepción del consumidor. Muchas personas no están familiarizadas con la carne cultivada en laboratorio y algunas pueden dudar en dársela a sus mascotas. Para superar el escepticismo será necesario educar sobre su seguridad, sus beneficios nutricionales y su sostenibilidad. Si las principales marcas de alimentos para mascotas adoptan la tecnología, podría ayudar a normalizar la carne cultivada para los dueños de mascotas.
Pero aquí hay otra oportunidad. Los alimentos para mascotas cultivados en laboratorio también tienen el potencial de revolucionar la nutrición de las mascotas. Se podrían cultivar alimentos especialmente diseñados para las mascotas, porque el proceso permite un control preciso de los ingredientes. Las empresas podrían adaptar los alimentos para satisfacer las necesidades dietéticas específicas de cada mascota. Esto podría significar fórmulas personalizadas que se adapten a las mascotas con alergias, sensibilidades digestivas o problemas de salud específicos de la raza. La carne cultivada en laboratorio podría incluso enriquecerse con nutrientes específicos, lo que daría como resultado mascotas más sanas y con una vida más larga.
Por ahora, la carne cultivada permanece en un limbo extraño. Está aprobada para el consumo humano en Israel, Singapur y la mayor parte de los EE. UU., pero no en el Reino Unido y Europa. Si los alimentos cultivados para mascotas tienen éxito, podrían allanar el camino para una aceptación más amplia de la carne cultivada en laboratorio para el consumo humano. A largo plazo, lo que comienza como una alternativa para las mascotas podría terminar cambiando por completo la forma en que pensamos sobre la comida.
Fuente: ZME Science.