Según encuestas realizadas en cuatro países, entre ellos Australia, Alemania, Austria y Estados Unidos, la gente cree más en la información errónea sobre los vehículos eléctricos (VE) que en la que no la acepta. Según los autores, la encuesta reveló que la mentalidad conspirativa era el principal factor que influía en dichas creencias.
Las principales preocupaciones de los australianos relacionadas con la desinformación incluían la mayor probabilidad de incendio de los vehículos eléctricos, su complejidad intencionada para evitar la instalación por cuenta propia y la imposibilidad de actualizar las baterías. Los autores también descubrieron que las hojas informativas y los diálogos con chatbots de IA ayudaron a reducir la credibilidad en la desinformación y aumentaron el apoyo a las políticas a favor de los vehículos eléctricos y las intenciones de compra. Un estudio dirigido por la Universidad de Queensland y publicado en la revista Nature Energy descubrió que la desinformación sobre los vehículos eléctricos (VE) se ha arraigado en la sociedad y está alimentada principalmente por la desconfianza y las teorías conspirativas. El Dr. Chris Bretter, de la Escuela de Negocios de la UQ, dijo que las encuestas realizadas en Australia, Estados Unidos, Alemania y Austria encontraron que las personas eran más propensas a estar de acuerdo que en desacuerdo con la información errónea sobre los vehículos eléctricos, incluso entre aquellos que poseían uno.
“Las declaraciones de desinformación que analizamos incluían que los vehículos eléctricos tienen más probabilidades de incendiarse que los coches de gasolina, no reducen las emisiones y emiten campos electromagnéticos perjudiciales para la salud… todas ellas afirmaciones demostrablemente falsas”, afirmó el Dr. Bretter.
Sabemos que este tipo de información falsa está disponible y circula, pero el grado de aceptación es preocupante y plantea un desafío importante para la transición global hacia un transporte más sostenible. El hecho de que incluso los propietarios de vehículos eléctricos fueran más propensos a estar de acuerdo con la desinformación que a no hacerlo subraya cuán arraigada está en la sociedad.
Mitos y desconfianza
El profesor Matthew Hornsey dijo, aunque quizás resulte sorprendente, que la educación no influyó en si los encuestados estaban de acuerdo o no con información falsa sobre los vehículos eléctricos.
“El mayor predictor de si una persona aceptaba declaraciones de desinformación era, en realidad, su mentalidad conspirativa: una tendencia a creer que las conspiraciones existen y a ver el mundo a través de una lente de corrupción y agendas secretas”, dijo el profesor Hornsey.
Esta misma perspectiva también se ha asociado con la oposición a tecnologías respaldadas por la ciencia, como las vacunas y los parques eólicos. El profesor Hornsey dijo que los encuestados tenían inquietudes sobre agendas secretas para exagerar los beneficios de los vehículos eléctricos, decisiones poco éticas motivadas por el lucro y preocupaciones infundadas o exageradas sobre el daño de los vehículos eléctricos a la salud y al medio ambiente.

“Los resultados muestran que la comprensión pública de los vehículos eléctricos se ha visto distorsionada por un panorama informativo moldeado por mitos, enfoques selectivos y razonamientos especulativos”, afirmó.
Abordar las falsedades con IA
Los investigadores también probaron estrategias para reducir la creencia en la desinformación sobre los vehículos eléctricos, aumentar el apoyo a las políticas a favor de los vehículos eléctricos y la intención de comprar un vehículo eléctrico.
“Proporcionamos a los encuestados una hoja informativa tradicional sobre vehículos eléctricos, así como un diálogo con ChatGPT”, explicó el Dr. Bretter.
Es alentador que ambas estrategias hayan dado como resultado un menor respaldo a la desinformación sobre los vehículos eléctricos, incluso 10 días después. Esta es la primera evidencia de que las conversaciones no seleccionadas con IA Generativa pueden tener efectos positivos en la desinformación, lo que demuestra su potencial para posibles intervenciones futuras centradas en soluciones a gran escala. El Dr. Bretter dijo que el potencial de la IA para ayudar a combatir el cambio climático debe evaluarse en relación con los propios impactos ambientales de la tecnología, pero es una vía de investigación que vale la pena.
Dada la necesidad global de transición hacia opciones de transporte más sostenibles, es crucial que abordemos la prevalencia de desinformación sobre tecnologías energéticamente eficientes como los vehículos eléctricos. En el proyecto también participaron investigadores del Instituto Leibniz de Psicología y de la Universidad de Hohenheim en Alemania.
Fuente: Tech Xplore.