Suena futurista, pero las autopistas que cargan coches eléctricos de forma inalámbrica mientras circulan ya son una realidad, en cierto modo. Se han desarrollado varios proyectos de investigación en distintas partes del mundo. Ahora, Francia ha inaugurado el primer tramo público con tráfico intenso. Se trata de tan solo 1,5 kilómetros de la autopista A10, a unos 40 km de París, pero constituye una potente prueba de concepto. El proyecto piloto, denominado “Carga mientras conduces”, está probando actualmente su capacidad para enviar energía eléctrica directamente a los vehículos (desde camiones pesados hasta turismos) mientras se desplazan a altas velocidades.
Ya prometedor
El proyecto acaba de ponerse en marcha, pero ya se conocen los primeros resultados, y son impresionantes. Un análisis independiente realizado por la Universidad Gustave Eiffel, que supervisa la instalación en funcionamiento, confirma que el sistema ofrece niveles de potencia máxima superiores a 300 kilovatios (kW) y una potencia media sostenida superior a 200 kW. Para ponerlo en perspectiva, esto es entre cuatro y seis veces más potente que un Supercargador Tesla típico de un aparcamiento. Es energía suficiente para alimentar un camión eléctrico de 40 toneladas y cargar su batería simultáneamente, mientras circula a gran velocidad por la autopista. Esta tecnología resulta prometedora para todo tipo de automóviles, pero Francia está prestando especial atención al sector del transporte de mercancías por carretera.

El transporte es una fuente importante de gases de efecto invernadero y, en Francia, el sector del transporte de mercancías y la logística por sí solo representa más del 16% de las emisiones totales del país. La electrificación de los millones de camiones pesados que constituyen la columna vertebral de nuestra economía es imprescindible para alcanzar los objetivos climáticos. Pero no se puede simplemente poner una batería de coche normal en un camión semirremolque.
Para que un camión de larga distancia tenga una autonomía práctica (varios cientos de kilómetros), sería necesario equiparlo con una batería enorme, de varias toneladas. Esto genera un círculo vicioso. La batería, de gran tamaño, es costosa y consume grandes cantidades de materias primas valiosas como el litio y el cobalto. Su inmenso peso es, en esencia, peso muerto, lo que reduce la cantidad de carga que el camión puede transportar legalmente, perjudicando así la viabilidad comercial de las empresas de logística.
Y luego está la carga. Para cargar una batería tan enorme en un tiempo razonable (como la pausa obligatoria de 45 minutos del conductor), se necesitarían cargadores ultrapotentes de megavatios, una tecnología emergente que requiere una importante modernización de la red eléctrica. La idea es pasar de un modelo de recarga de vacío a lleno (como en una gasolinera) a un modelo de consumo energético mínimo. Si un camión puede consumir electricidad de forma continua mientras conduce, podría funcionar con una batería entre un 50% y un 80% más pequeña.
Tenemos las soluciones tecnológicas para su coche eléctrico, pero los camiones son un caso aparte. Si Francia pudiera ofrecer una solución práctica para esta industria multimillonaria, sería realmente revolucionario.
Cómo funciona esta tecnología

La tecnología empleada se denomina inducción inalámbrica dinámica. Si alguna vez has utilizado una base de carga inalámbrica para tu teléfono inteligente, se basa en el mismo principio físico.
Los ingenieros instalan segmentos de bobinas de cobre justo debajo de la superficie del asfalto de la autopista. Estas bobinas están conectadas a unidades de gestión de energía ocultas al borde de la carretera. Cuando un vehículo autorizado se aproxima, el sistema lo detecta y energiza las bobinas del segmento situado directamente debajo. Estas bobinas generan un campo magnético preciso.
Luego, los propios automóviles desempeñan un papel fundamental. Los coches y camiones deben estar equipados con una o más bobinas receptoras en sus bajos. Al circular el vehículo sobre la carretera electrificada, el campo magnético de la misma induce una corriente eléctrica en la bobina receptora del vehículo. Esta energía se suministra directamente al motor eléctrico o se utiliza para recargar la batería.
El sistema es inteligente. Sólo se activa cuando pasa un vehículo con un receptor válido, lo que garantiza la seguridad del resto del tráfico y de la fauna. Además, es modular, lo que permite instalarlo por tramos, quizá sólo en pendientes donde los camiones necesitan más potencia, o en carriles de carga específicos.
“Este es un momento crucial en el desarrollo global de las carreteras eléctricas”, afirmó Oren Ezer, director general de Electreon, la empresa a cargo del proyecto. “La tecnología de Electreon cumple, e incluso supera, todos los requisitos establecidos por el gobierno francés. Creo que estos resultados allanan el camino para el despliegue de miles de kilómetros de carreteras inalámbricas con nuestra tecnología en Francia, y posteriormente en toda Europa”.
Construido para durar
No hay razón para que esta carretera dure menos que las demás. Durante dos años, ingenieros franceses probaron y validaron los materiales antes de iniciar la construcción de la autopista.
Francia no es el único país que trabaja en un proyecto de este tipo. Alemania se prepara para construir un tramo de carga inductiva de un kilómetro en su autopista A6, cerca de Baviera, utilizando también la tecnología de Electreon. La construcción está prevista para 2025. Italia también está probando un sistema similar, centrado igualmente en camiones. Estados Unidos cuenta con varios proyectos piloto a menor escala, incluido uno en Detroit. China, Corea del Sur e Israel están llevando a cabo sus propias pruebas.
La electrificación de las carreteras parece estar a punto de convertirse en realidad, pero también presenta obstáculos. En primer lugar, por supuesto, está el coste. No está claro cuánto costaría construir un tramo largo, y menos aún quién lo financiaría. ¿Cómo se factura a un conductor la electricidad que consume a lo largo de 20 kilómetros? Un sistema así requerirá una medición sofisticada.
Además, la construcción de este sistema a gran escala requerirá inversiones masivas en infraestructura, especialmente en líneas de alta tensión capaces de soportar la transmisión de electricidad. Pero las perspectivas son claras.
Por eso, el ensayo de la A10 es tan crucial. Proporcionará los primeros datos reales no sólo sobre rendimiento, sino también sobre fiabilidad, necesidades de mantenimiento y costes del ciclo de vida. Si funciona bien, podría marcar un antes y un después en la infraestructura de autopistas de carga.
Fuente: ZME Science.
