Levantarse abruptamente después de estar sentado o acostado puede inducir una forma de presión arterial baja que puede hacernos sentir mareados o mareados. Es un fenómeno común con un nombre poco común: hipotensión ortostática.
Aunque generalmente es inofensiva y de corta duración, la hipotensión ortostática a veces puede hacer que las personas se desmayen y algunas personas la experimentan de forma rutinaria, lo que afecta su funcionamiento diario. Si es grave, el fenómeno vertiginoso también puede ser un signo de una afección de salud subyacente.
Satish Raj, cardiólogo del ritmo cardíaco de la Universidad de Calgary en Canadá, trabaja con casos severos de hipotensión ortostática casi a diario en su clínica. Aparte de decirles que bebieran más agua o cambiaran de medicación, no había mucho que pudiera hacer para mejorar los síntomas de los pacientes, por lo que se preguntó si podría idear una nueva intervención.
Cuando nos levantamos después de estar sentados o acostados por un rato, la sangre se precipita hacia nuestras piernas debido a la gravedad. Pero el cuerpo también tiene que trabajar para empujar la sangre hacia arriba para suministrar oxígeno al cerebro. La activación repentina de los músculos de las piernas hace que los vasos sanguíneos se abran más por unos momentos para compensar el aumento repentino de la demanda, lo que puede causar una caída rápida de la presión arterial y el mareo que la acompaña.
Raj y sus colegas creían que esta hipotensión ortostática podía evitarse si el reflejo muscular se activaba temprano. Pusieron a prueba esta idea en un experimento que involucró a 22 voluntarios con hipotensión ortostática severa que realizaron dos tipos simples de movimientos.
Un método consistía en levantar las rodillas una a la vez durante un máximo de 30 segundos mientras estaba sentado antes de ponerse de pie. El otro consistía en tensar los miembros inferiores, cruzando las piernas y apretando los muslos y las nalgas. En comparación con los participantes que se pusieron de pie sin intervención, los voluntarios que usaron los dos métodos mejoraron su circulación sanguínea y los síntomas de hipotensión ortostática autoinformados.
“Es gratis, no tiene efectos secundarios de medicamentos y está totalmente bajo su control, lo que creo que les gusta a muchos pacientes”, dijo Raj a Gizmodo.
Como advertencia, el ensayo involucró una muestra pequeña de menos de dos docenas de participantes, todos mujeres. Los voluntarios fueron seleccionados por orden de llegada y el hecho de que las mujeres aprovecharan la oportunidad tan rápidamente puede sugerir que se ven afectadas de manera desproporcionada por la hipotensión ortostática.
Esta es la razón por la que a los investigadores les gustaría realizar ensayos a gran escala para determinar la eficacia de la nueva terapia y alentar a las organizaciones gubernamentales y relacionadas con la salud a respaldar las dos técnicas. Mientras tanto, Raj ha presentado las técnicas a sus pacientes en la clínica, la mayoría de los cuales han informado informalmente de un éxito similar a los participantes del estudio.
Los hallazgos se informaron en la revista Heart Rhythm.
Fuente: ZME Science.