En 1996, al británico Peter Hickles se le diagnosticó linfoma de Hodgkin con solo 21 años. Este es un tipo muy raro de cáncer que afecta el sistema linfático, que es parte del sistema inmunológico del cuerpo. Pero el linfoma de Hodkin es uno de los cánceres más tratables y Hickles finalmente se curó. Sin embargo, el tratamiento costó la fertilidad del hombre.
Consciente de los riesgos, Hickles congeló su esperma antes de comenzar la quimioterapia. Le informaron que el esperma no duraría más de diez años, pero la semana pasada el hombre se convirtió en padre utilizando esperma que había mantenido congelado durante más de 26 años. Es casi un récord para la brecha más larga entre la recolección de esperma y el nacimiento, a solo un año de una muestra de 27 años de los Estados Unidos.
“Sigo mirándolo, sacudiendo la cabeza con incredulidad. Realmente es un pequeño milagro. El hecho de que básicamente estaba listo para jugar justo antes de la Euro 96 y nació antes de la Copa del Mundo es asombroso”, dijo Hickles en un comunicado.
Hickles tuvo mucha suerte de que su condición fuera excepcional. Hasta este verano, el esperma y los óvulos humanos congelados solo podían almacenarse durante no más de 10 años en el Reino Unido, con excepciones para pacientes con problemas de fertilidad como Hickles. Pero desde entonces, se ha aprobado una nueva ley que ha ampliado el límite legal a 55 años. Sin embargo, biológicamente hablando, los bebés teóricamente podrían nacer a partir de esperma congelado, incluso cientos de años después de la muerte de sus padres; no hay ninguna razón científica por la que esto no pueda ser posible.
“El límite legal de 55 años no tiene nada que ver con la vida útil de los espermatozoides ni con ninguna otra razón científica. Tiene más que ver con lo que los parlamentarios sintieron que era correcto para la sociedad. Pero dado que los espermatozoides congelados están efectivamente en animación suspendida, una vez congelados, no veo por qué no podrían conservarse durante cientos de años si la ley lo permitiera”, dijo Allan Pacey, profesor de andrología en la Universidad de Sheffield a The Guardian.
Una vez que se recolecta y prepara el esperma, las clínicas de fertilidad lo colocan en viales especiales con la etiqueta del donante y almacenan la muestra en tanques grandes donde el esperma se mantiene muy, muy frío con nitrógeno líquido a -196°C. El esperma de cada paciente generalmente se divide en varios viales y se mantiene en múltiples tanques de almacenamiento. Si un congelador falla, las muestras de esperma restantes permanecen seguras.
Todos los signos apuntan al hecho de que los espermatozoides se pueden mantener congelados indefinidamente. El semen viable conocido más antiguo del mundo, recolectado en 1968, se utilizó para fecundar a 34 ovejas merinas. En 2019, los investigadores informaron que la tasa de nacidos vivos resultante era tan alta como la inseminación artificial con esperma congelado durante solo 12 meses.
“Esto demuestra la clara viabilidad del almacenamiento congelado de semen a largo plazo. Los resultados muestran que la fertilidad se mantiene a pesar de 50 años de almacenamiento congelado en nitrógeno líquido”, dijo el profesor asociado Simon de Graaf del Instituto de Agricultura de Sídney y la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Vida de la Universidad de Sídney.
Aunque faltan estudios sobre la viabilidad durante décadas del esperma humano congelado, hay buenas razones para creer que el esperma humano congelado podría durar al menos tanto como el de carneros o toros. Un estudio reciente que examinó los resultados clínicos de casi 120 000 especímenes de semen en bancos de esperma en China, con algunas de estas muestras almacenadas hasta por 15 años, no encontró diferencias en la tasa de embarazos, abortos espontáneos y nacimientos vivos entre esperma de diferente tiempos de almacenamiento.
Eso no significa que la edad no importe en absoluto. El mismo estudio encontró que cuanto más tiempo se congela el esperma, menor es la tasa de supervivencia del esperma una vez que se descongela. Por lo tanto, una muestra que se mantuvo congelada durante 15 o 20 años tendrá un porcentaje menor de espermatozoides funcionales en comparación con una muestra congelada durante solo 12 meses. Pero debido a que una muestra contiene millones de espermatozoides individuales, la tasa de fertilidad general no parece verse afectada, aunque todo esto sugiere que puede haber un techo rígido sobre cuánto tiempo se puede almacenar el esperma humano de manera viable. Sin embargo, este techo podría estar a siglos o incluso miles de años de distancia de la fecha de recolección, momento en el que tiene sentido llamarlo almacenamiento “indefinido”.
Entonces, en teoría, los nuevos bebés podrían nacer siglos después de que vivieran sus padres, lo que plantea algunas posibilidades interesantes pero también desafíos éticos. Las personas muy famosas y poderosas podrían hacerlo de tal manera que engendraran descendientes directos durante muchas generaciones por venir. Por ejemplo, imagina a una persona muy rica que canaliza cientos de millones en un fondo de fertilidad personal, lo suficiente para garantizar que cada 25 años más o menos su esperma se use para inseminar a un voluntario que accede a criar al niño. Quizás algunas madres incluso busquen este servicio de forma gratuita si el donante es alguien extremadamente famoso o conocido por sus “genes excepcionales”. Imagina descendientes directos de Albert Einstein viviendo en el año 2734. Eso sería bastante salvaje y no necesariamente tan descabellado.
Fuente: ZME Science.