Investigadores de la Universidad de California en Irvine (UCI), han identificado una molécula de señalización llamada SCUBE3 que puede tener el potencial de curar un tipo frecuente de pérdida de cabello tanto en hombres como en mujeres. El compuesto químico instruye a las células madre del cabello para que comiencen a dividirse, lo que desencadena el crecimiento de cabello nuevo, según descubrieron los investigadores después de inyectar la molécula en los folículos pilosos humanos injertados en la piel de los ratones.
Una señal para el crecimiento del cabello
SCUBE3 actúa sobre una población de células de la piel conocidas como células de la papila dérmica (DP). Los investigadores saben desde hace décadas que estas células juegan un papel fundamental en la regulación del desarrollo y crecimiento del folículo piloso. Su importancia se ve agravada por el hecho de que también son un reservorio de células madre multipotentes, que pueden autorrenovarse al dividirse y desarrollarse en múltiples tipos de células especializadas presentes en varios tejidos y órganos.
Sin embargo, en las personas con alopecia androgenética, también conocida como calvicie de patrón masculino en los hombres, las células DP pueden funcionar mal debido a factores genéticos. Esta condición afecta hasta al 50% de los varones y se caracteriza por la pérdida progresiva del cabello terminal del cuero cabelludo en cualquier momento después de la pubertad.
Sigue una distribución característica tanto en machos como en hembras. En los hombres, la pérdida de cabello es más prominente en la parte frontal del cuero cabelludo, mientras que las mujeres generalmente experimentan una pérdida de cabello difusa en la coronilla y la parte superior de la cabeza.
Los investigadores de la UCI sospecharon que los químicos activadores deben estar involucrados en la proliferación de las células DP, por lo que criaron ratones muy peludos con células de la papila dérmica hiperactivadas para que cualquier mecanismo involucrado en la regulación del crecimiento del cabello fuera más obvio. Al mirar más de cerca, apareció la molécula de señalización SCUBE3 previamente desconocida.
“En diferentes momentos durante el ciclo de vida del folículo piloso, las mismas células de la papila dérmica pueden enviar señales que mantienen los folículos inactivos o desencadenan el crecimiento de cabello nuevo”, dijo Maksim Plikus, profesor de biología celular y del desarrollo de la UCI y autor correspondiente del estudio.
“Revelamos que la molécula de señalización SCUBE3, que las células de la papila dérmica producen naturalmente, es el mensajero que se utiliza para ‘decir’ a las células madre del cabello vecinas que comiencen a dividirse, lo que anuncia el inicio del crecimiento de cabello nuevo”.
Para ver exactamente cómo SCUBE3 promueve el crecimiento del cabello, los investigadores inyectaron SCUBE3 en la piel de un ratón en la que se habían trasplantado previamente folículos de cuero cabelludo humano. Nuevos tallos de cabello comenzaron a crecer a partir de los parches calvos hechos de folículos humanos inactivos. Los folículos de ratón circundantes también se activaron y comenzaron a crecer más cabello de lo habitual.
Esto sugiere que SCUBE3 podría ser un objetivo terapéutico fantástico para la pérdida de cabello. Por el momento, solo hay dos medicamentos en el mercado estadounidense aprobados por la FDA para la alopecia androgenética: finasteride y minoxidil. Sin embargo, ambos medicamentos no funcionan para todos los pacientes y deben tomarse diariamente de forma indefinida para promover el crecimiento del cabello.
“Existe una gran necesidad de medicamentos nuevos y efectivos para la caída del cabello, y los compuestos naturales que normalmente usan las células de la papila dérmica presentan candidatos ideales para el tratamiento de próxima generación”, dijo Plikus.
“Nuestra prueba en el modelo de trasplante de cabello humano valida el potencial preclínico de SCUBE3”.
Los investigadores han solicitado una patente sobre el uso de SCUBE3 como agente terapéutico para la alopecia androgenética y esperan comenzar pronto los ensayos clínicos en seres humanos.
Los hallazgos aparecieron en la revista Developmental Cell.
Fuente: ZME Science.