Una vez más, los investigadores han profundizado en el genoma de Ötzi, la famosa momia del antiguo glaciar, lo que ha proporcionado una visión notable de su ascendencia y rasgos físicos. Por ejemplo, los científicos descubrieron que Ötzi comparte una cantidad inusualmente alta de genes con los primeros agricultores de Anatolia en comparación con sus contemporáneos. Este descubrimiento sobre Ötzi, un antiguo hombre de hielo encontrado preservado en los Alpes, es significativo ya que podría significar que hubo un intercambio genético entre las poblaciones del Mediterráneo y las que vivían en los Alpes durante ese tiempo.
Además, la revelación de la piel más oscura de Ötzi desafía las suposiciones anteriores sobre su apariencia. Por lo general, se lo representaba con una piel más clara o pálida en documentales y otros medios. Sin embargo, el nuevo análisis indica que su tono de piel era más cercano al de las personas con ascendencia mediterránea-europea.
Esta información se suma a nuestra comprensión de la migración humana y la diversidad genética durante la Edad del Cobre, hace unos 5.300 años, cuando vivía Ötzi. Destaca la interconexión de diferentes poblaciones antiguas y rompe estereotipos y nociones preconcebidas sobre individuos históricos.
Finalmente, la secuenciación del genoma también cambia las suposiciones previas sobre el cabello de Iceman. Aunque las representaciones populares a menudo lo mostraban con la cabeza llena de cabello, los datos genéticos sugieren que probablemente sufría de pérdida de cabello de patrón masculino, probablemente calvo en el momento de su muerte.
Revelando el pasado de Ötzi
Ötzi, a menudo conocido como el “hombre de hielo”, fue descubierto en los Alpes de Ötzal en 1991. A través de la datación por radiocarbono, los científicos determinaron que vivió en la parte italiana de los Alpes aproximadamente entre 3350 y 3210 años antes de Cristo. Los científicos también determinaron que el hombre recibió un disparo de flecha.
El descubrimiento del Hombre de Hielo resultó sensacional en ese momento. Finalmente, los europeos pudieron vislumbrar a sus antepasados, pero sus interpretaciones iniciales probablemente estaban muy equivocadas.
Más de una década después de que se decodificara por primera vez el genoma de Ötzi, los investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y Eurac Research han aprovechado los avances en la tecnología de secuenciación para revisar su genoma y mejorar nuestra comprensión de este individuo prehistórico. Es la primera vez en diez años que un equipo de científicos intenta volver a secuenciar el ADN del Hombre de Hielo.
Pero el proceso de secuenciación del genoma de Ötzi no estuvo exento de desafíos. El ADN antiguo generalmente se degrada, lo que dificulta la reconstrucción de un genoma completo. Además, el riesgo de contaminación del ADN moderno puede sesgar los resultados.
La última vez que se secuenció el genoma de Ötzi en 2012, los científicos dirigidos por el profesor Andreas Keller de Alemania encontraron una conexión intrigante con los pastores esteparios. Fue la primera vez que se secuenció el genoma de una momia. Sin embargo, los datos tenían limitaciones debido a la tecnología disponible en ese momento y al pequeño número de personas a las que se les había secuenciado el genoma en ese momento para compararlo con el ADN de Ötzi.
Un avance rápido hasta el presente, un equipo de investigadores dirigido por el profesor Johannes Krause del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y sus colegas se armaron con una plataforma de secuenciación de vanguardia. Su misión: lograr una mayor cobertura y precisión de la secuenciación del ADN de Ötzi como nunca antes.
Un cuento ancestral diferente
Funcionó. Este nuevo estudio no solo corrigió las inexactitudes anteriores, sino que también descubrió hallazgos inesperados. Contrariamente a las conclusiones anteriores, el nuevo análisis no encontró evidencia de ascendencia relacionada con la estepa en el genoma de Ötzi, y esto sorprendió a todos los involucrados.
Atribuyen las inexactitudes anteriores a la contaminación. En el estudio actual, el genoma de alta cobertura exhibió una contaminación mínima, lo que proporcionó datos más confiables sobre la ascendencia de Ötzi.
Al comparar el genoma de Ötzi con el de sus contemporáneos, los científicos revelaron que su mayor contribución genética provino de los primeros agricultores neolíticos de Anatolia, con solo una baja proporción de genes de cazadores-recolectores en su genoma y sin marcadores genéticos de Steppe Herder por mencionar algunos. Esto desafía las suposiciones anteriores, lo que sugiere que los antepasados de Ötzi llegaron directamente de Anatolia sin mezclarse con otras poblaciones europeas. Esto podría deberse a la ubicación remota de los Alpes, que aísla genéticamente a estos individuos. A modo de comparación, la composición genética de los europeos contemporáneos es una mezcla de tres grupos ancestrales: cazadores-recolectores occidentales, primeros agricultores de Anatolia y pastores esteparios de Europa del Este.
Más allá de la ascendencia, el estudio proporcionó información sobre la apariencia y la salud de Ötzi. Se determinó genéticamente que su color de piel era mucho más oscuro de lo que se pensaba anteriormente, más oscuro que los modernos del sur de Europa pero más claro que los modernos africanos subsaharianos. El estudio también reveló una predisposición a la calvicie de patrón masculino, lo que podría explicar la falta de cabello de la momia.
“Es el tono de piel más oscuro que se haya registrado en individuos europeos contemporáneos”, explica el antropólogo Albert Zink, coautor del estudio y director del Instituto de Investigación Eurac para Estudios de Momias en Bolzano.
“Anteriormente se pensaba que la piel de la momia se había oscurecido durante su conservación en el hielo, pero presumiblemente lo que vemos ahora es en gran parte el color original de la piel de Ötzi. Saber esto, por supuesto, también es importante para la conservación adecuada de la momia”.
El legado de Ötzi continúa cautivando a los científicos y al público en general por igual. Los estudios en curso tienen como objetivo comparar su genoma con el de sus contemporáneos en Tirol del Sur y Trentino. Este análisis más amplio puede determinar si la composición genética de Ötzi era representativa de la población de su época.
Los hallazgos aparecieron en la revista Cell Genomics.
Fuente: ZME Science.