El universo es un lugar gigantesco, así que los científicos están intentando hacer la búsqueda cada vez más estrecha, ya sea con señales de radio, habitabilidad o megaestructuras. Ahora, una nueva herramienta se suma a la lista: la contaminación atmosférica.
La hipótesis sugiere que si hay civilizaciones alienígenas sus industrias y demás actividades económicas causarían un aumento de la contaminación, tal como sucede en nuestro planeta. Esta contaminación puede ser algo que ya hemos detectado con nuestros instrumentos de búsqueda.
Un nuevo estudio sugiere que el dióxido de nitrógeno (NO2) puede ser un indicador de vida en otros planetas, puesto que se puede producir por la quema de combustibles fósiles, los rayos, volcanes y otras fuentes biológicas y no industriales.
“En la Tierra, la mayor parte del dióxido de nitrógeno se emite a partir de la actividad humana, procesos de combustión como las emisiones de vehículos y plantas de energía alimentadas con combustibles fósiles”, dice el astrobiólogo Ravi Kopparapu, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
“La observación de NO2 en un planeta habitable podría indicar potencialmente la presencia de una civilización industrializada”.
La presencia de NO2 podría ser llamada “tecnofirma”, una señal de tecnología en un exoplaneta lejos de nuestro Sistema Solar. Si bien estos planetas están muy lejos para enviar sondas, los podemos estudiar con telescopios muy potentes.
Este nuevo estudio no involucra ninguna observación, pero los investigadores han usado modelos computacionales para hacer una aproximación a cómo luciría una tecnofirma de dióxido de nitrógeno, así como para saber si nuestros telescopios podrían detectarla basado en el dióxido de nitrógeno absorbido y la luz que reflejan.
Los investigadores encontraron que los telescopios como el James Webb necesitan alrededor de 400 horas de observación para detectar a 30 años luz de distancia un planeta parecido a la Tierra con una estrella madre parecida al Sol, una que estaría produciendo tanto NO2 como en nuestro planeta. Esta es una variación enorme en el tiempo de observación, pero no supera los límites de nuestras posibilidades.
El equipo también sugiere que el NO2 sería una mejor tecnofirma que los fluorocarbonos (CFC) que fueron considerados antes. Los CFC no se producen en la naturaleza como el NO2, pero al ser menos comunes hoy día no serían un indicador fiable.
“Hasta donde sabemos, los CFC no son producidos por la biología en absoluto, por lo que son una firma tecnológica más obvia que el NO2”, dice el astrobiólogo Jacob Haqq-Misra del Blue Marble Institute of Science.
“Sin embargo, los CFC son productos químicos manufacturados muy específicos que pueden no ser frecuentes en otros lugares; el NO2, en comparación, es un subproducto general de cualquier proceso de combustión”.
Durante el curso de sus cálculos, los investigadores encontraron que las estrellas de tipo K y M, más frías y más comunes que nuestro Sol, emitirían una señal de NO2 más fuerte y más fácil de detectar, porque producen menos luz ultravioleta interferente.
Con más de 4.000 exoplanetas descubiertos en los últimos 25 años, los astrónomos tienen muchas opciones para explorar, y cualquier método confiable que pueda usarse para identificar las ubicaciones más probables de civilizaciones alienígenas será útil.
Sin embargo, interpretar los reflejos de luz y los datos resultantes a una distancia tan grande no es una tarea fácil, y necesitaremos modelos más avanzados más adelante, modelos que puedan tener en cuenta la presencia de nubes o aerosoles en la atmósfera, por ejemplo, que puede imitar la tecno-firma de NO2.
“Si observamos más NO2 de lo que nuestros modelos sugieren que es plausible de fuentes no industriales, entonces el resto del NO2 podría atribuirse a la actividad industrial”, dice la astrobióloga Giada Arney de NASA Goddard.
“Sin embargo, siempre existe la posibilidad de un falso positivo en la búsqueda de vida más allá de la Tierra, y será necesario trabajar en el futuro para asegurar la confianza en distinguir los verdaderos positivos de los falsos positivos”.
Fuente: Astrophysical Journal a través de Science Alert.