Puede que nunca te hayas dado cuenta, pero hay muchos billones de microorganismos que viven en nuestra piel, y perforar la piel e insertar un objeto metálico, también conocido como piercing, crea un cambio significativo en ese microbioma. Un equipo de la Universidad McGill en Canadá, en colaboración con un salón de tatuajes local, recogió muestras de piel de 28 voluntarios que se estaban perforando las orejas. La toma de muestras comenzó antes de la perforación y se recogieron muestras durante las siguientes dos semanas.
Los investigadores querían observar más de cerca cómo este cambio repentino en el entorno del microbioma (potencialmente cambiando todo, desde la forma de la piel hasta su temperatura) afectaría la vida de los microorganismos que viven cerca. Desde la perspectiva de las bacterias, los eucariotas y otros bichos microscópicos que habitan en la piel, un piercing es un evento cataclísmico y apocalíptico (como un terremoto gigante o el impacto de un meteorito) y eso se confirmó en el análisis del microbioma.
“Descubrimos que, con el tiempo, el nuevo entorno de perforación se asoció significativamente con una mayor biodiversidad y complejidad ecológica, con diferencias fundamentales en la naturaleza de las interacciones bióticas en comparación con la piel expuesta del lóbulo de la oreja”, escriben los investigadores en su artículo publicado.
Como señala el equipo, el proceso de perforación comienza con la esterilización de la piel, limpiando efectivamente el “terreno” de microbios y proporcionando un nuevo espacio para que se mueva una nueva comunidad microbiana. Posteriormente se observó una mayor biodiversidad y complejidad ecológica. En términos de microbiota, estas áreas comenzaron a parecerse más a otras zonas húmedas de piel, como las que se encuentran en la axila o la nariz.
Se descubrió que las bacterias Staphylococcus epidermidis y Cutibacterium acnes eran particularmente frecuentes alrededor de los piercings. Ambos son potencialmente peligrosos, pero cuando coexisten en el mismo lugar, tienden a mantenerse en equilibrio.
Por supuesto, la perforación de la piel no es nada nuevo: se lleva practicando desde hace miles de años. Sin embargo, esta es la primera vez que los científicos han podido observar de cerca cuáles podrían ser las consecuencias para las formas de vida más pequeñas en la superficie de la piel.
Como ocurre con muchos otros lugares de nuestro cuerpo, el microbioma de la piel debe mantenerse cuidadosamente equilibrado para mantenernos sanos. Estudiar los piercings y sus consecuencias podría ayudarnos a aprender más sobre cómo mantener ese equilibrio.
“Sabemos por la antropología y la sociología que los piercings son símbolos exclusivamente humanos de expresión, conexión e identidad”, dice el biólogo Charles Xu, de la Universidad McGill.
“Con este estudio, hemos demostrado que los piercings en la piel también representan un acto involuntario de autoingeniería del ecosistema del paisaje ecológico que es la piel humana”.
La investigación ha sido publicada en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
Fuente: Science Alert.