Investigadores del Reino Unido de la Universidad de Exeter han descubierto una mutación genética única en dos hermanos, que nunca se ha visto en nadie más, lo que señala el camino hacia nuevas opciones de tratamiento para la diabetes tipo 1. La mutación está en el gen de una proteína llamada ligando de muerte programada 1 (PD-L1), y un nuevo estudio explica cómo puede ser responsable de la forma autoinmune de diabetes que los niños desarrollaron a una edad muy temprana.
“Buscamos en todo el mundo, observando todos los conjuntos de datos a gran escala que conocemos, y no hemos podido encontrar otra familia”, dice el genetista molecular Matthew Johnson, de la Universidad de Exeter en el Reino Unido.
“Por lo tanto, estos hermanos nos brindan una oportunidad única e increíblemente importante para investigar qué sucede cuando este gen está desactivado en los humanos”.
La diabetes tipo 1 también se conoce como diabetes autoinmune debido a la forma en que las defensas integradas del sistema inmunológico del cuerpo atacan a las células beta del páncreas, deteniendo la producción normal de insulina. Las personas con esta afección deben inyectarse insulina con regularidad para controlar sus niveles de azúcar en sangre.
Los hermanos, que tenían 10 y 11 años en el momento del estudio, desarrollaron diabetes en las primeras semanas de sus vidas. Un análisis más detallado de las células inmunitarias de los hermanos confirmó que su mutación genética única impedía que la proteína PD-L1 funcionara correctamente.
Dado que PD-L1 y su receptor PD-1 se combinan como una especie de mecanismo de seguridad para mantener el sistema inmunológico bajo control, y los tratamientos contra el cáncer que bloquean las funciones de PD-L1 también pueden provocar el desarrollo de diabetes, parece que PD-L1 es crucial en detener el inicio de la diabetes tipo 1. Sin embargo, en un giro sorprendente, resultó que los sistemas inmunológicos de los dos hermanos pequeños funcionaban prácticamente con normalidad, incluso sin la regulación del sistema inmunológico que normalmente proporcionan PD-L1 y PD-1.
“Creemos que PD-L2, otro ligando de PD-1, aunque menos estudiado que PD-L1, puede servir como sistema de respaldo cuando PD-L1 no está disponible”, dice el médico científico Masato Ogishi del Rockefeller. Universidad de Nueva York.
Una conclusión clave a la que llegaron los investigadores es que la proteína PL-D1 es crucial para prevenir la diabetes tipo 1, pero no es crucial para mantener muchas de las otras funciones del sistema inmunológico funcionando con normalidad. Las pistas proporcionadas por la mutación genética, más el vínculo entre el tratamiento del cáncer y la diabetes, podrían ayudar a descubrir nuevas formas de abordar la aparición de la diabetes tipo 1, si los investigadores pueden descubrir cómo el PD-L1 la previene y cómo el PD-L2 actúa como Una copia de seguridad.
“Ahora necesitamos resolver la comunicación entre diferentes tipos de células, que es fundamental para prevenir la diabetes autoinmune”, afirma el inmunólogo Timothy Tree del King’s College de Londres en el Reino Unido.
“Este hallazgo aumenta nuestro conocimiento sobre cómo se desarrollan las formas autoinmunes de diabetes, como la diabetes tipo 1. Abre un nuevo objetivo potencial para tratamientos que podrían prevenir la diabetes en el futuro”.
La investigación ha sido publicada en el Journal of Experimental Medicine.
Fuente: Science Alert.