Cuanto más sabemos sobre cómo se instala la depresión en el cerebro, mejor podemos prevenirla y tratarla, y una nueva investigación ha identificado una red cerebral que parece tener el doble de su tamaño habitual en la mayoría de las personas con depresión. Se llama red de prominencia frontoestriatal y, aunque las funciones de esta región del cerebro no se comprenden por completo, anteriormente se la ha vinculado al procesamiento de recompensas y al filtrado de estímulos externos.
Los investigadores responsables del estudio, dirigidos por un equipo de Weill Cornell Medicine en la ciudad de Nueva York, creen que el descubrimiento podría ayudar en el desarrollo de futuros tratamientos, tal vez aquellos que se dirijan a esta red cerebral específica.
“Descubrimos que la red de prominencia frontoestriatal se expande casi al doble en la corteza de la mayoría de las personas con depresión”, escriben los investigadores en su artículo publicado.
“Este efecto fue replicable en varias muestras y causado principalmente por cambios en los límites de la red, con tres modos distintos de invasión que ocurren en diferentes individuos”.
Esto sugiere que la red de prominencia frontoestriatal puede invadir el espacio que normalmente es el dominio de otras redes funcionales. Anteriormente se había descubierto que estos cambios de límites se heredan genéticamente.
La investigación es notable por el uso de un mapeo funcional de precisión, un enfoque relativamente nuevo que brinda a los investigadores una visión más detallada de cada cerebro individual y su estructura. Un análisis inicial de los escáneres cerebrales de 57 individuos, con una edad promedio de 41 años, en comparación con 37 controles sanos identificó la expansión de la red de prominencia frontoestriatal. Estos resultados fueron respaldados por comparaciones con conjuntos de datos más grandes. Pruebas posteriores en un grupo más pequeño durante un año y medio, así como datos de imágenes cerebrales de 114 niños recopilados antes y después de un diagnóstico de depresión, también mostraron resultados similares a los del grupo original.
“La expansión de la red de prominencia fue estable a lo largo del tiempo, no se vio afectada por el estado de ánimo y fue detectable en los niños antes del inicio de la depresión más tarde en la adolescencia”, escriben los investigadores.
El hecho de que la expansión de la red de prominencia frontoestriatal fuera notable en los niños antes de que se les diagnosticara depresión sugiere que es un factor de riesgo y un posible contribuyente a la depresión, en lugar de algo que sucede debido a ella. Sin embargo, los investigadores también subrayan que este campo de investigación es todavía muy incipiente: será necesario recopilar datos de grupos de individuos más grandes y diversos, durante períodos más largos, para determinar el vínculo entre esta red cerebral en particular y la depresión.
Lo que resulta alentador es que los investigadores siguen descubriendo más sobre cómo la depresión y sus tratamientos provocan cambios en el cerebro. Sabemos que intervienen una gran cantidad de factores, desde el entorno hasta la genética, pero estamos trabajando gradualmente para obtener más respuestas y mejores tratamientos.
“Estos hallazgos identifican una topología de red cerebral similar a un rasgo que puede conferir riesgo de depresión y cambios de conectividad dependientes del estado de ánimo en los circuitos frontoestriatales que predicen la aparición y remisión de los síntomas depresivos con el tiempo”, escriben los investigadores.
La investigación se ha publicado en Nature.
Fuente: Science Alert.