El anolis de agua es un pequeño lagarto de color marrón oliva que a primera vista no llama la atención. Sin embargo, ha desarrollado una especie de superpoder que le permite utilizar el agua que rodea su hábitat.
Estos lagartos a menudo necesitan escapar de depredadores, como pájaros o cangrejos, y la forma más rápida de escapar suele ser sumergirse directamente en un arroyo. Pero en lugar de simplemente contener la respiración como otros animales, los anolis de agua han aprendido a manipular burbujas de aire de una manera que les permite “respirar” bajo el agua.
Un tanque de buceo para lagartos
A diferencia de sus primos que se relajan en los árboles o se escabullen por el suelo del bosque, los anolis de agua pasan gran parte del tiempo cerca del borde del agua, donde cazan insectos y otras presas pequeñas. Para una criatura que vive tan cerca del agua, parecería necesario desarrollar algún tipo de destreza acuática. El anolis de agua ha hecho precisamente eso. Ha desarrollado no solo la capacidad de nadar, sino también un mecanismo notable para permanecer sumergido durante más tiempo del que pueden lograr la mayoría de los reptiles. Cuando los lagartos se sienten amenazados, saltan bajo el agua y hacen una burbuja.
Esta burbuja actúa como un tanque de buceo improvisado. La investigación realizada por Lindsey Swierk, ecóloga del comportamiento de la Universidad de Binghamton, observó que los anolis de agua permanecían sumergidos durante al menos 16 minutos, mucho más tiempo del que la mayoría de los animales de su tamaño podrían lograr. La clave de esta hazaña radica en su capacidad para extraer oxígeno del aire atrapado en estas burbujas.
“Sabemos que pueden permanecer bajo el agua durante mucho tiempo. También sabemos que están extrayendo oxígeno de esta burbuja de aire”, dijo Swierk, y luego agregó: “No sabíamos si realmente había algún papel funcional para esta burbuja en la respiración. ¿Es algo que hacen los lagartos que es solo un efecto secundario de las propiedades de su piel o un reflejo respiratorio, o esta burbuja les permite permanecer bajo el agua más tiempo del que permanecerían, digamos, sin una burbuja?”
Adaptación acuática
El fenómeno funciona debido a una combinación de propiedades físicas. Los anolis de agua tienen una piel hidrófoba (repelente al agua). Esta hidrofobicidad permite que una fina capa de aire se adhiera a sus cuerpos. Cuando se sumergen, los anoles pueden volver a inhalar de esta capa de aire, lo que extiende la cantidad de tiempo que pueden permanecer bajo el agua. Básicamente, la piel de los anoles funciona como una máscara de buceo, manteniendo un suministro de aire respirable a mano. Para confirmar si la burbuja ayuda a los lagartos a respirar, Swierk y sus colegas aplicaron una sustancia a la piel de los lagartos que impidió la formación de burbujas.
“La piel de los lagartos es hidrófoba. Por lo general, eso permite que el aire se adhiera muy firmemente a la piel y permite que se forme esta burbuja. Pero cuando se cubre la piel con un emoliente, el aire ya no se adhiere a la superficie de la piel, por lo que las burbujas no pueden formarse”, dijo Swierk.
Hicieron esto para ver si los lagartos permanecerían bajo el agua un tiempo más corto, y lo hicieron. En comparación con un grupo de control, permanecieron bajo el agua durante un 32% menos de tiempo, lo que demuestra que sin la burbuja, no podían contener la respiración durante tanto tiempo.
“Esto es realmente significativo porque es el primer experimento que realmente demuestra la importancia adaptativa de las burbujas. La reinhalación de burbujas permite a los lagartos permanecer bajo el agua durante más tiempo. Antes, lo sospechábamos (observábamos un patrón), pero en realidad no probamos si cumplía una función”, dijo Swierk.
Una estrategia evolucionada única
Esta investigación proporciona la primera evidencia experimental de que los anolis de agua utilizan burbujas de aire para extender su tiempo bajo el agua para sobrevivir, lo que confirma que las burbujas cumplen una función funcional en la respiración. Anteriormente, los científicos solo sospechaban este comportamiento adaptativo basándose en observaciones, pero el experimento de Swierk, que evitó la formación de burbujas, demostró que sin las burbujas, los lagartos no podían permanecer sumergidos durante tanto tiempo. Este descubrimiento es crucial para comprender cómo estos lagartos han desarrollado un mecanismo de supervivencia tan especializado, que los ayuda a escapar de los depredadores en entornos acuáticos donde la respiración suele ser limitada.
Más allá de sus implicaciones para la biología evolutiva, esta investigación podría tener aplicaciones más amplias en la biomimética y la tecnología. La capacidad del anole de agua para extraer oxígeno de una burbuja de aire atrapada sugiere posibles innovaciones en los sistemas de respiración submarina para humanos, o incluso en el diseño de materiales y estructuras que imiten la piel hidrófoba del lagarto. Al mostrar cómo un pequeño lagarto puede manipular las propiedades físicas del agua y el aire en su beneficio, este estudio abre nuevas vías para comprender la intersección de la biología, la física y la tecnología.
“Algunas personas me han hablado de lo mucho que les encanta el buceo y la apnea, y de lo interesados que están en cómo los animales podrían hacer lo mismo”, dijo Swierk. “Por lo tanto, existe una gran oportunidad de entusiasmar a la gente con la ciencia al tener esta relación entre lo que les encanta hacer y lo que ha evolucionado en la naturaleza. Incluso en animales que parecen comunes, siempre se encuentran cosas nuevas”.
Fuente: ZME Science.