Hace unos años, a finales del otoño de 2021, unos lugareños que pescaban en el lago Bashplemi de Georgia, en el municipio de Dmanisi, se encontraron con un trozo de historia olvidado hace mucho tiempo: una pequeña placa de piedra con inscripciones de docenas de símbolos misteriosos. Ahora, un equipo de arqueólogos de toda Georgia ha confirmado que las impresiones representan muestras de una escritura que nunca se ha documentado, lo que plantea interrogantes sobre la difusión y la conservación de la escritura en la región transcontinental.
La placa de basalto, que tiene aproximadamente el tamaño de un iPad, presenta solo 39 caracteres diferentes en 60 inscripciones escritas de izquierda a derecha en siete líneas. Cada símbolo tallado comenzó como una serie de agujeros hechos con un taladro en forma de cono, conectados en líneas fluidas con una herramienta suave y redonda.
Quién creó los símbolos, o por qué, es un tema abierto a la especulación. Tal vez dicten el botín de una campaña militar. Tal vez sean detalles sobre la construcción, o incluso un recibo de un regalo a los dioses. Un análisis con microscopio óptico y electrónico y un examen superficial de los alrededores por aire y registros arqueológicos sugieren que los orígenes de la tablilla se encuentran en medio del basalto circundante, posiblemente durante la Edad de Bronce de la región. Aunque son nuevas para los investigadores, las “letras” son lo suficientemente similares a las escrituras de Oriente Medio y a los símbolos no descifrados de la Georgia precristiana como para hacer que la falsificación por parte de no académicos sea una explicación relativamente improbable para el hallazgo.
“Creemos que en esta etapa, no hay razón para dudar de la autenticidad del artefacto”, escribe el equipo en un informe publicado.
Los registros escritos de la región se remontan a una lista de clérigos que participaron en un concilio a principios del siglo VI, coincidiendo con la expansión del cristianismo en la región. Antes de eso, la arqueología proporciona evidencia de asentamiento y metalistería que se remonta a miles de años, con fósiles de parientes humanos primitivos que llegan más lejos en el tiempo.
Más allá de la región de Dmanisi, los antiguos territorios de Georgia fueron un crisol de culturas que dejaron su huella en una variedad de escrituras. En la antigua capital de Mtskheta, a 20 kilómetros al norte de la actual capital del país, Tbilisi, se han descubierto epígrafes escritos en griego, hebreo, arameo y persa medio.
Se han encontrado fragmentos de imágenes sin descifrar, posiblemente criptográficas, en las regiones montañosas del país, mientras que varios sellos encontrados por todo el país dan pistas adicionales sobre una evolución de las escrituras que aún no se han descifrado. En todo el mundo clásico se pueden encontrar referencias a otras lenguas del este. Los autores griegos y romanos mantenían la existencia de una escritura antigua atribuida al pueblo de los “colcos”, que habitaban tierras al este del mar Negro que fueron el destino de los famosos argonautas. Aunque no quedan rastros de los escritos, algunos sostienen que las marcas ornamentales en la cerámica antigua encontrada en el oeste de Georgia podrían representar rastros de la escritura de los colcos.
Con tal diversidad de inscripciones, pictogramas y alfabetos en tierras que representan un puente crítico entre Europa y Asia, no sería tan sorprendente descubrir otro ejemplo de escritura extraña divorciada de la historia conocida. Las formas de las letras podrían parecerse a los símbolos de Oriente Medio, al tiempo que reflejan los sellos de la Georgia de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro Temprana. Los investigadores señalan que los signos también recuerdan a la escritura protokartveliana, un idioma que daría lugar a los dialectos y lenguas modernas de la región.
Como ocurre con todas las escrituras no descifradas, los descubrimientos significativos que actúen como una especie de piedra de Rosetta son vitales para vincular lo conocido con lo desconocido. Las excavaciones arqueológicas futuras podrían vincular la tablilla del lago Bashplemi con un antiguo intento de preservar un momento del pasado en piedra.
“Las excavaciones arqueológicas realizadas en este lugar arqueológicamente abundante proporcionarán respuestas a todas las demás preguntas”, escribe el equipo.
Esta investigación fue publicada en el Journal of Ancient History and Archaeology.
Fuente: Science Alert.
