Una placa oceánica perdida hace mucho tiempo se está hundiendo profundamente en el manto, arrastrando la corteza que se encuentra por encima, dicen los investigadores. Sin embargo, la placa también se está desgarrando debajo de los Montes Zagros en Irak a medida que se hunde hacia abajo, quitando parte de la carga de la corteza suprayacente.
Este proceso de desgarro probablemente ya haya ocurrido en el lado oeste de la cordillera, donde la región del Kurdistán iraquí se apoya contra Turquía, según una nueva investigación. El desgarro ahora se dirige hacia el noroeste de Irán. Estas dinámicas no son inmediatamente obvias en la superficie, pero revelan cómo el manto y la corteza trabajan juntos para dar forma a la topografía de la Tierra, dijeron los investigadores en el nuevo estudio, publicado el 25 de noviembre de 2024 en la revista Solid Earth.
La placa oceánica alguna vez fue el fondo marino de Neotetis, un océano que se formó cuando el supercontinente Pangea se dividió en un continente norteño, Laurasia, y un continente sur, Gondwana, hace unos 195 millones de años. Aunque Neotetis se cerró hace más de 20 millones de años, la corteza oceánica que solía sostenerla todavía está afectando a la región montañosa de Zagros, según el nuevo estudio.
“Esta placa está tirando de la región hacia abajo desde abajo”, dijo en un comunicado el autor del estudio Renas Koshnaw, investigador en geología de la Universidad de Gotinga en Alemania.
Cuando Neotetis se cerró, la corteza oceánica se hundió bajo el continente euroasiático. La parte continental de la placa árabe, que sostiene el actual Irak y Arabia Saudita, fue arrastrada hacia atrás, lo que provocó una colisión con Eurasia. Esta colisión creó montañas, que presionaron la corteza a su alrededor, creando una depresión. Estas montañas se erosionaron en esta depresión durante millones de años, y sus sedimentos formaron la llanura mesopotámica donde fluyen los ríos Tigris y Éufrates.
Koshnaw y sus colegas vieron que en el lado sureste de esta llanura, hay una capa inusualmente gruesa de sedimentos, de 3 a 4 kilómetros de profundidad. Los investigadores cartografiaron la zona y utilizaron modelos informáticos para descubrir que el peso de las montañas por sí sólo no podía explicar una hendidura tan profunda. En cambio, descubrieron que esta región está siendo arrastrada hacia abajo por los restos de la placa oceánica Neotetis, que todavía se está hundiendo en el manto. Pero la placa también se está desgarrando a medida que desciende.
“Hacia Turquía, la depresión llena de sedimentos se vuelve mucho más superficial, lo que sugiere que la placa se ha roto en esta zona, aliviando la fuerza de atracción descendente”, dijo Koshnaw.
Comprender estas dinámicas puede ayudar a informar la búsqueda de recursos naturales como hierro, fosfato y cobre, que se forman en rocas sedimentarias, dijeron los investigadores. Las fallas formadas en la colisión entre las placas arábiga y euroasiática también producen grandes terremotos mortales.
Fuente: Live Science.