Los beneficios de incluir pescado en la dieta son bien conocidos (por ejemplo, se encuentra en la dieta mediterránea), pero la intoxicación por mercurio sigue siendo preocupante. Ahora, científicos han descubierto cómo reducir los niveles de mercurio en el pescado hasta en un 35% con una modificación en su envasado. Un equipo de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas y la Universidad Tecnológica de Chalmers experimentó añadiendo el aminoácido cisteína al atún enlatado, uno de los tipos que más mercurio puede contener.
Al sumergir el atún en agua con cisteína, la novedosa solución eliminó entre el 25% y el 35% del mercurio del pescado, según pruebas de laboratorio. Cuanta más carne de pescado entraba en contacto con la solución, más mercurio se absorbía en el líquido. Se eligió cisteína para la solución debido a la fuerte unión del mercurio con ella (que es como puede acumularse en los peces en primer lugar) y a raíz de un estudio previo sobre la eliminación de mercurio realizado por los mismos investigadores.

“Creíamos que esto permitiría extraer parte del mercurio, que se uniría a la solución y se desecharía”, afirma el químico Przemysław Strachowski, de la Universidad Tecnológica de Chalmers. “Se necesita más investigación para gestionar el mercurio extraído”.
Si ha estado comiendo pescado sin tener conocimiento de una posible contaminación con mercurio, no se preocupe: es poco probable que esté consumiendo suficiente como para que exista un peligro, aunque se recomienda que las mujeres embarazadas y los niños pequeños solo coman una cantidad limitada. En la mayoría de los casos, los beneficios para la salud que aporta el consumo de pescado superan los posibles riesgos para la salud, aunque encontrar una forma de reducir los niveles de mercurio en el pescado a través de la forma en que se envasan los alimentos sin duda reduciría aún más esos riesgos.
«La ventaja de este tipo de envase es que permanece activo mientras el producto está en el lineal», afirma Strachowski. «Si un método como este se utilizara industrialmente, no se necesitarían pasos de producción adicionales».
“La aplicación de nuestros resultados podría aumentar el margen de seguridad para el consumo de pescado”.
No se observaron cambios notables en la apariencia ni el olor de las muestras de pescado tratadas con cisteína en el estudio, y la eliminación del mercurio se prolongó hasta dos semanas. No se necesitaron aditivos adicionales para que la solución funcionara. Se necesitarán más investigaciones para convertir esto en una opción práctica para el almacenamiento de pescado, pero las primeras señales son prometedoras y el equipo cree que los métodos descritos podrían mejorarse en el futuro.
“Nuestro estudio muestra que existen enfoques alternativos para abordar la contaminación por mercurio en el atún, en lugar de simplemente limitar el consumo”, afirma el científico de alimentos Mehdi Abdollahi, de la Universidad Tecnológica de Chalmers.
Nuestro objetivo es mejorar la seguridad alimentaria y contribuir a una mejor salud humana, así como a un mejor aprovechamiento de los alimentos que actualmente se encuentran sujetos a ciertas restricciones.
La investigación ha sido publicada en Global Challenges.
Fuente: Science Alert.