Científicos de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Pensilvania han creado un chicle que puede neutralizar los virus responsables de causar la gripe y el herpes en los humanos. Esta goma de mascar antiviral se elabora con frijoles lablab (frijoles jacintos), que contienen una proteína única capaz de reducir la carga viral en un 95%. La goma de mascar detiene los virus únicamente en la boca, impidiendo que entren e infecten otras partes del cuerpo.
Este es un avance importante, ya que los virus, como la gripe y el herpes simple, que en conjunto afectan a más de mil millones de personas en todo el mundo cada año, se transmiten por vía oral. Además, es posible que las vacunas tradicionales no prevengan completamente su transmisión, especialmente en el caso de virus como el VHS (virus del herpes simple), para el cual no existe vacuna.
Esto “subraya la necesidad de un nuevo enfoque, uno que tenga como objetivo reducir las cargas virales en los sitios donde ocurre la transmisión, y para virus como estos, que se transmiten de manera más eficiente a través de la boca que por la nariz, esto significa centrarse en la cavidad oral”, escribió Deborah Stull para Penn Today.
La magia de FRIL
Las habas lablab contienen una proteína llamada FRIL. Se trata de una lectina vegetal (un tipo de proteína que se une a los carbohidratos) que puede unirse a los azúcares complejos en la superficie de los virus, atrapándolos eficazmente e impidiendo que infecten las células. En un experimento anterior, los científicos utilizaron la misma proteína para neutralizar el coronavirus (SARS-CoV-2) y la gripe porcina (H1N1) en ratones, y los resultados fueron impresionantes.
Demostramos que la lectina FRIL tiene actividad antigripal y anti-SARS-CoV-2. Puede neutralizar 11 cepas representativas de influenza humana y aviar en bajas concentraciones nanomolares, y la administración intranasal de FRIL protege contra la infección letal por H1N1 en ratones, señalan los investigadores del estudio anterior.
Esta vez, los científicos de Penn Dental Medicine incorporaron FRIL en una tableta de goma de mascar de dos gramos y realizaron experimentos en los que se probó contra dos tipos de virus del herpes simple (HSV-1 y HSV-2) y dos cepas de influenza A (H1N1 y H3N2). Descubrieron que el FRIL purificado, a una concentración de 80 μg/mL en una tableta de goma de dos gramos, neutralizaba el 95% del VHS-1 y el VHS-2. Mientras que, a una concentración de 36,07–38,14 μg/mL, inactivaba eficazmente el 95% de los virus de la influenza. Estos resultados demuestran que FRIL podría ser un arma poderosa en nuestra lucha contra los virus.
Una opción distinta a las vacunas
Las vacunas son, sin duda, la forma más fiable de protección contra los virus, pero presentan dos grandes retos. En primer lugar, los países de bajos ingresos con infraestructura sanitaria limitada suelen tener dificultades para producir o adquirir suficientes vacunas durante los brotes.

En segundo lugar, incluso en países desarrollados, a muchas personas les resulta incómodo vacunarse repetidamente. Esto provoca el olvido de dosis. Además, el escepticismo generalizado sobre las vacunas contribuye aún más a las bajas tasas de vacunación.
Un medicamento antiviral en forma de goma de frijol podría superar muchos de estos desafíos. Por ejemplo, con las herramientas adecuadas, podría producirse en masa en países africanos y asiáticos donde el frijol lablab ya se cultiva ampliamente. Además, las personas pueden estar más dispuestas a utilizar una goma de mascar natural de origen vegetal que a recibir vacunas repetidas, lo que la convierte en una opción más accesible y aceptable para prevenir infecciones virales.
Los investigadores afirman que “prepararon la goma de mascar como un producto farmacéutico de grado clínico para cumplir con las especificaciones de la FDA para productos farmacéuticos y descubrieron que la goma de mascar es segura”.
Sin embargo, todavía no está listo para su uso humano y debe pasar por una serie de ensayos clínicos antes de estar disponible comercialmente.
El estudio se publica en la revista Molecular Therapy.
Fuente: ZME Science.