La tecnología militar avanzada expone a los civiles a diversos metales tóxicos. Nuevas investigaciones en psicología aportan evidencia de que la exposición de madres y recién nacidos a metales tóxicos en guerras pone en peligro el desarrollo motor, cognitivo y emocional de los niños. Dado que la lactancia materna durante los primeros meses se considera generalmente beneficiosa para la salud infantil, los investigadores también se interesaron en el papel de la lactancia materna en la exposición a metales y su asociación con problemas de desarrollo infantil. Un estudio psicológico reciente publicado en la revista Infant Behavior and Development muestra que los altos niveles de metales tóxicos en las madres y los recién nacidos están asociados con problemas de desarrollo en la primera infancia.
El estudio examinó cómo la exposición prenatal materna y neonatal a metales tóxicos afecta el desarrollo sensoriomotor, cognitivo y socioemocional de los bebés, así como el papel de la lactancia materna. La investigación se centró en la exposición a metales cancerígenos, neurotóxicos y teratogénicos en situaciones de guerra. Estos metales pesados causan cáncer, dañan el sistema nervioso y alteran el desarrollo fetal, e incluyen, por ejemplo, el cromo, el tungsteno, el uranio y el mercurio. El estudio midió sus concentraciones en el cabello de madres y recién nacidos.
Los resultados mostraron que los altos niveles de metales tóxicos en madres y recién nacidos predijeron problemas de desarrollo en los bebés a los 6 y 18 meses. Los bebés presentaron problemas en habilidades sensoriomotoras, cognitivas y socioemocionales, como las funciones sensoriales y el control del movimiento, el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje de la regulación emocional.
Esta asociación se observó tanto en madres como en recién nacidos expuestos a metales cancerígenos. Los altos niveles de metales neurotóxicos en las madres y metales teratogénicos en los recién nacidos también se relacionaron con problemas de desarrollo.
Los bebés se pierden los efectos beneficiosos de la lactancia materna en zonas de guerra
La lactancia materna durante los primeros seis meses generalmente se considera beneficiosa para la salud del bebé y la relación madre-hijo. También se ha comprobado que protege contra numerosos riesgos para el desarrollo.
En zonas de guerra, los metales tóxicos presentes en las armas de nueva generación suponen riesgos para la salud de los civiles, siendo especialmente vulnerables los niños y las mujeres embarazadas. Dado que la lactancia materna tiene numerosos efectos beneficiosos, quisimos estudiar su papel en la exposición a metales tóxicos, afirma Raija-Leena Punamäki, profesora emérita de Psicología de la Universidad de Tampere.
Anteriormente, se habían estudiado metales tóxicos individuales, como el fósforo blanco y el uranio empobrecido, en zonas de guerra por su relación con complicaciones del embarazo o la salud neonatal. En este nuevo estudio, se analizaron 18 metales tóxicos en muestras de cabello de madres y recién nacidos al nacer. La investigación arroja nueva luz sobre el desarrollo infantil en familias que han sufrido traumas de guerra, al analizar también la importancia de la lactancia materna.
Los resultados de la investigación indican que la exposición a metales tóxicos tuvo un efecto negativo en la lactancia materna. Los altos niveles de metales cancerígenos y neurotóxicos en las madres se asociaron con una menor intensidad y duración de la lactancia materna. La lactancia materna insuficiente, a su vez, intensificó los efectos negativos de los metales tóxicos en el desarrollo infantil.
Los metales tóxicos utilizados en armas y bombas pueden perturbar la lactancia materna óptima, una de las funciones protectoras naturales de la infancia. Este efecto nos recuerda que las consecuencias de las atrocidades de la guerra no se limitan a las víctimas o supervivientes, sino que pueden transmitirse a los niños por diversas vías, como la contaminación de su entorno y la privación de una nutrición esencial, concluyen los investigadores.
Apoyo al desarrollo temprano en condiciones traumáticas
El estudio involucró a 502 madres y bebés palestinos residentes en la Franja de Gaza ocupada, y la muestra fue representativa de la población palestina de la zona. Se invitó a las madres a participar en el estudio en cuatro hospitales de maternidad en las zonas norte, central y sur de Gaza, así como en la ciudad de Gaza.
El criterio de participación fue que las madres estuvieran embarazadas durante la guerra de 2014. Cuando los bebés tenían 6 y 18 meses de edad, los investigadores entrevistaron a las madres y evaluaron el desarrollo de los niños en los hogares de las familias.
El objetivo de los investigadores fue proporcionar herramientas a profesionales y familias para apoyar el desarrollo infantil y los recursos parentales en zonas de guerra. El estudio generó nuevos conocimientos, específicamente sobre el apoyo al desarrollo temprano en situaciones traumáticas de guerra y para familias refugiadas.
“Las consecuencias humanas de los metales tóxicos contenidos en las armas pueden ser especialmente graves en la primera infancia, por lo que es importante diseñar programas de prevención eficaces para las víctimas de guerra de diferentes edades”, afirma Punamäki.
El grupo de investigación estuvo compuesto por la profesora emérita de Psicología Raija-Leena Punamäki y la investigadora e instructora universitaria Mervi Vänskä de la Universidad de Tampere, así como por Safwat Y. Diab (Universidad Abierta Al-Quds, Gaza), Nabil AlBarqouni (Universidad Islámica de Gaza) y Samir R. Qouta (Instituto de Estudios de Posgrado de Doha).
Fuente: Medical Xpress.