Por: Farnaz Sheikhi, Farhad Maleki
Pequeñas pero poderosas, las abejas desempeñan un papel crucial en nuestros ecosistemas, polinizando diversas plantas y cultivos. Además, contribuyen a la economía. Estos pequeños productores aportan miles de millones de dólares a la industria agrícola canadiense, convirtiendo al país en un importante productor de miel.
Sin embargo, en el invierno de 2024, la industria apícola canadiense sufrió un grave colapso. Canadá perdió más de un tercio de sus colmenas, principalmente debido a la infestación generalizada de ácaros Varroa.
Los métodos tradicionales para controlar estos parásitos ahora parecen menos efectivos y la industria necesita una transición hacia la apicultura inteligente si quiere sobrevivir. Actualmente, investigamos para desarrollar un método no invasivo y sostenible para la detección temprana de ácaros Varroa. Nuestro enfoque propuesto utiliza inteligencia artificial (IA) para analizar imágenes de colmenas y clasificarlas automáticamente según la presencia de ácaros Varroa y el nivel de infestación.
Infestaciones de Varroa
Los ácaros Varroa son pequeños parásitos que se adhieren a las abejas, se alimentan de su tejido corporal y transmiten virus a toda la colonia. Con el paso de los años, estos parásitos han desarrollado resistencia a los métodos de control tradicionales, lo que requiere tratamientos más agresivos. Sin embargo, estos tratamientos pueden poner en peligro la salud de las abejas.
Las provincias de las Praderas (Alberta, Saskatchewan y Manitoba) son las principales regiones productoras de miel de Canadá. Alberta por sí sola contribuye con casi el 40% de la producción total de miel del país.
Canadá perdió un promedio del 34,6% de sus colonias de abejas en el invierno de 2024, un 2,4% más que el año anterior. Las pérdidas invernales en Canadá oscilaron entre el 9,8% en Terranova y Labrador y el 61,3% en la Isla del Príncipe Eduardo. En las provincias de las Praderas, la pérdida de colonias alcanzó casi el 40%. Las investigaciones informaron que las infestaciones del ácaro Varroa fueron un factor clave que contribuyó a causar la devastación.
Limitaciones de los métodos de seguimiento actuales
La prevención de ácaros requiere un monitoreo frecuente de las colmenas. Si bien la detección oportuna es crucial para el tratamiento de las colmenas, la inspección manual requiere mucho tiempo y esfuerzo. Además, el monitoreo manual frecuente puede representar riesgos para la salud y el bienestar de las abejas.
Los lavados con alcohol, los batidos de azúcar y el uso de tablas adhesivas se encuentran entre los métodos para monitorear la presencia de ácaros Varroa. En una prueba típica de lavado con alcohol, se toman muestras de unas 300 abejas por colonia. Estas abejas se lavan con alcohol isopropílico y luego se agitan vigorosamente para detectar la presencia de ácaros Varroa. El problema con este método es que todas las abejas analizadas mueren en el proceso. Aunque otros métodos, como la agitación de azúcar y el uso de tablas adhesivas, no matan a las abejas analizadas, brindan resultados limitados y no siempre son tan precisos.
Esto hace que ninguno de los métodos actuales sea ideal; cada uno implica un equilibrio entre invasividad y precisión. Y dado que las pruebas deben realizarse con frecuencia, todos representan riesgos para la salud de las abejas. Entonces, ¿cuál es la solución?
Uso de IA para detectar ácaros Varroa
Es urgente que la industria apícola evolucione para ayudar a prevenir mayores pérdidas y fomentar la resiliencia de las poblaciones de abejas. El cambio climático y la resistencia de los ácaros a los tratamientos tradicionales son señales de alerta ambiental que exigen un cambio en nuestros enfoques apícolas.
Aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial. Utilizando sistemas de imágenes, sensores integrados en las colmenas, técnicas de procesamiento de imágenes e IA, los investigadores ahora pueden recopilar y analizar continuamente datos de las colmenas para detectar los ácaros Varroa.
En este método, se coloca una cámara dentro de la caja de cría de la colmena para capturar imágenes de las abejas. Estas imágenes se transmiten por wifi o Bluetooth para su almacenamiento y análisis.
Se puede entrenar una red neuronal con las imágenes recopiladas: primero para detectar abejas mediante algoritmos de detección de objetos y, luego, para identificar ácaros Varroa en las abejas mediante técnicas de transformación de color. Una vez detectados los ácaros, se puede contabilizar automáticamente su número dentro de la colmena.
Con esta tecnología, los apicultores pueden beneficiarse del monitoreo automático de las colmenas. Cuando el sistema especifica el nivel de infestación, también puede recomendar tratamientos efectivos para las colmenas. De esta manera, los ácaros Varroa pueden detectarse y tratarse en una etapa temprana, permitiendo que las colmenas sobrevivan al invierno con mayor facilidad.
La transición a la apicultura inteligente es una solución estratégica no invasiva, respetuosa con el medio ambiente, rentable y a largo plazo. La buena noticia es que investigadores de la Universidad de Calgary y apicultores ya colaboran para lograrlo y preservar la dulzura de la miel en toda nuestra tierra.
Este artículo es una traducción de otro publicado en The Conversation. Puedes leer el texto original haciendo clic aquí.