Volkswagen quiere que pagues una suscripción para acceder a todas las funciones de tu auto

Tecnología

En un nuevo episodio de “Infierno Tecnológico”, las compañías automotrices están tanteando el terreno de las suscripciones. Primero, BMW quería que los usuarios pagaran una tarifa regular por la calefacción de asientos. Ahora, Volkswagen quiere que los usuarios paguen para acceder a toda la potencia del auto.

La versión del popular vehículo eléctrico ID.3 Pure se anuncia en el Reino Unido con 168 CV, pero la letra pequeña indica que la potencia del motor es de “148 CV de serie” y de 168 CV “si se activa la mejora de potencia opcional mediante un pago”. El pago equivale a 22,50 dólares al mes para desbloquear los 20 CV, o a 879 dólares en total para tenerlo de forma permanente. Eso es casi tres veces más que Netflix.

Compra el auto y paga por usarlo

Por ahora, esto parece aplicarse solo a este modelo en particular y a los usuarios del Reino Unido (el modelo no se vende en EE. UU.). Sin embargo, parece formar parte de una tendencia creciente que obliga a los usuarios a pagar diversas suscripciones para sus coches.

Volkswagen afirma que la autonomía no cambia, hagas lo que hagas. Dado que el auto viene matriculado de fábrica con 168 CV, tampoco se espera que los propietarios actualicen las aseguradoras. Volkswagen afirma que no es raro que los coches tengan una versión deportiva; la única diferencia es que este tiene ambas. De hecho, VW vende la versión “más deportiva” mediante software en lugar de hardware, lo que introduce costes continuos y crea dos niveles de coches idénticos en el mercado de segunda mano.

Si los clientes desean una experiencia de conducción aún más deportiva, ahora tienen la opción de hacerlo durante la vida útil del vehículo, en lugar de comprometerse desde el principio con un precio de compra inicial más elevado. El coche se presenta en el configurador con [201 CV], y esta opción se explica claramente a los clientes, según un comunicado de la compañía.

La compañía apuesta a que los compradores verán esto como una opción flexible. Puedes probar la potencia adicional durante un mes. Quedártela para un viaje de verano o pagar una vez y tenerla para siempre. Bueno, al menos mientras el coche permanezca en tu casa. Dado que la mejora de por vida está ligada al vehículo, no a la persona, podría aumentar el valor de reventa, creando dos niveles en el mercado de segunda mano: ID.3 idénticos que sólo se diferencian por una clave de software. Pero para los compradores, realmente se siente como si les estuvieran vendiendo un producto que tiene la característica y les pidieran pagar más por ello.

Los coches se están convirtiendo en tiendas de aplicaciones

Bajo el capó, el mecanismo es sencillo. Los coches eléctricos son como “computadoras sobre ruedas”. El motor y la batería ya soportan la mayor potencia. Pero el software limita la cantidad de energía que fluye a través del inversor, el dispositivo que controla el motor. Una actualización inalámbrica eleva ese límite dentro de unos márgenes seguros, como si se eliminara el límite de velocidad de una cinta de correr. No se instala ningún hardware nuevo.

Pero esto ya nos lleva a algunas preguntas curiosas. ¿Qué pasa si liberas el software de tu coche? ¿Y si lo hackeas para desbloquear la función extra? ¿Eres culpable? Además, ¿qué pagas al comprar un coche? Parece que los fabricantes creen que no solo pagas por el coche en sí, sino también por servicios continuos como parches de seguridad y mejoras de rendimiento.

Este enfoque forma parte de una transición más amplia hacia los “vehículos definidos por software”, en los que las funciones pueden activarse o desactivarse mucho después de que el coche salga de fábrica. Polestar ya vende una mejora de rendimiento descargable similar. BMW experimentó con suscripciones para funciones como asientos calefactables en 2022, pero luego se retractó tras la oposición. El modelo de suscripción promete ingresos estables para los fabricantes de automóviles, pero también pone a prueba la paciencia de los conductores. Muchos esperan poseer las capacidades integradas en sus coches.

En esencia, los coches se están convirtiendo en tiendas de aplicaciones sobre ruedas. Esto puede ser empoderante, ya que puedes tener funciones personalizadas, cuando las necesites. Pero también puede ser como comprar una casa y descubrir que la cocina funciona con microtransacciones. Mientras los fabricantes buscan ingresos recurrentes y los conductores buscan valor, la próxima gran guerra de potencia podría librarse no en el compartimento del motor, sino en los términos y condiciones.

Fuente: ZME Science.

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