Los primeros americanos tenían ADN denisovano, lo que pudo haberlos ayudado a sobrevivir

Biología

Un nuevo estudio revela que las primeras personas que pisaron América albergaban un fragmento de ADN de dos grupos humanos euroasiáticos extintos: los neandertales y los denisovanos. Esta reliquia genética podría haber ayudado a los primeros americanos a combatir las enfermedades que encontraron en su nuevo entorno, propusieron los investigadores.

“Todos los que estamos vivos hoy somos el resultado de la unión de tres especies diferentes”, dijo a Live Science el coautor del estudio Fernando Villanea, genetista de poblaciones de la Universidad de Colorado en Boulder.

“Creemos que los humanos tenían esta variación arcaica”, declaró a Live Science Emilia Huerta-Sánchez, coautora del estudio y genetista de poblaciones de la Universidad de Brown. A medida que las personas se expandieron hacia el continente americano, no tuvieron que esperar a desarrollar nuevas mutaciones para combatir nuevos patógenos y, en cambio, pudieron aprovechar el arsenal de variantes genéticas que obtuvieron de otros grupos humanos, añadió.

En el nuevo estudio, publicado el jueves 21 de agosto en la revista Science, los investigadores detallaron su análisis del MUC19, un gen codificador de proteínas con diversas funciones, entre ellas la codificación de la consistencia del moco. Descubrieron que uno de cada tres mexicanos vivos hoy en día posee un gen MUC19 similar al de los denisovanos, un misterioso grupo de humanos antiguos que habitaron Asia entre hace unos 200.000 y 30.000 años.

La investigación sobre el MUC19 en indígenas americanos se ha centrado en dos aspectos diferentes. Un grupo de investigadores demostró previamente que las personas con ascendencia indígena americana son portadoras de un alto número de variantes humanas antiguas del MUC19, mientras que el otro grupo descubrió que el gen MUC19 en su conjunto se volvió más común con el tiempo en las poblaciones indígenas norteamericanas debido a su ventaja evolutiva.

Pero en el nuevo estudio, los investigadores descubrieron que la longitud del segmento de ADN MUC19 denisovano en los indígenas americanos ha aumentado con el tiempo y que la variante se trasladó de los neandertales en un sándwich genético similar a Oreo, declaró Villanea. Esta es la primera vez que los científicos encuentran un gen denisovano que llegó a los humanos a través de los neandertales.

“Es increíble”, dijo Villanea. “¿Es este el único caso o hay más? Todavía estamos tratando de averiguarlo”.

Fernando Villanea dibuja un diagrama que representa la transmisión de variantes arcaicas a los humanos modernos. Este diagrama es la base de una simulación informática que se utilizó para evaluar diversas historias demográficas de MUC19 en estadounidenses modernos. Crédito de la imagen: Fernando Villanea.

Un sándwich de ADN

Para comprobar si las variantes específicas de los denisovanos de MUC19 eran beneficiosas para los indígenas americanos, el equipo comparó los datos genéticos disponibles sobre individuos modernos mexicanos, peruanos, colombianos y puertorriqueños del Proyecto 1000 Genomas con las secuencias genéticas de 23 indígenas, la mayoría de los cuales vivieron en América antes del siglo XIII, así como tres neandertales y un denisovano. El equipo descubrió que los mexicanos actuales presentaban la mayor frecuencia de las variantes MUC19 específicas de los denisovanos, con aproximadamente el 33% de la población portando esta versión del gen. Cerca del 20% de los peruanos portaba la variante, mientras que solo alrededor del 1% de los colombianos y puertorriqueños la presentaba. Los investigadores creen que esto se debe a que, en promedio, los mexicanos tienen más ADN indígena americano en sus genomas que otras poblaciones.

Cuando el equipo investigó qué grupo humano arcaico había transmitido estas variantes genéticas, se sorprendieron al descubrir que la sección denisovana del gen se encontraba intercalada con ADN específico de los neandertales. La explicación más probable es que los neandertales adquirieron estas variantes inicialmente al aparearse con denisovanos, y cuando posteriormente se aparearon con humanos modernos, transmitieron esta sorprendente porción genética, según los investigadores.

“Los investigadores tomaron este patrón complejo y pudieron analizarlo en el contexto de eventos demográficos humanos pasados”, declaró a Live Science Ripan Malhi, antropólogo molecular de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, quien no participó en el nuevo estudio. El trabajo es impresionante, añadió, y ahora necesitamos aprender más sobre la función del gen MUC19 denisovano.

Este es el siguiente paso para Villanea y su equipo, quienes planean analizar nuevas colecciones de investigaciones de muestras biológicas que tienen datos genómicos y de rasgos de personas latinas o indígenas estadounidenses para ver cómo las variantes específicas de denisovano afectan la función de las proteínas.

Dependiendo de la función exacta de la variante denisovana MUC19, podría ayudar al sistema inmunitario a combatir patógenos específicos o a regular respuestas inmunitarias específicas, afirmó Huerta-Sánchez. “Sospechamos que su efecto será drásticamente diferente” al de la variante humana moderna, añadió Villanea.

Fuente: Live Science.

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