Muchas empresas de todo el mundo utilizan créditos de carbono como parte de sus estrategias climáticas para compensar las emisiones. Un crédito de carbono es un certificado que representa la reducción, evitación o eliminación de una tonelada de dióxido de carbono de la atmósfera. Si bien las organizaciones afirman que estos créditos les ayudan a reducir su impacto ambiental, existe un debate sobre si las empresas que compran créditos se descarbonizan más rápido. Sin embargo, un estudio exhaustivo de 89 multinacionales, publicado en Nature Communications, revela que las empresas que compran créditos no se descarbonizan más rápido que las que no lo hacen.
La compensación voluntaria de emisiones no se asocia con un desempeño ambiental corporativo positivo. Por lo tanto, no es una alternativa fiable a las medidas regulatorias, como la tarificación del carbono por cumplimiento, escribieron los investigadores en su artículo.
Los investigadores examinaron más de 400 informes de sostenibilidad y datos ambientales autodeclarados por empresas multinacionales de los sectores del petróleo y el gas, la automoción y la aviación. Estas empresas adquirieron y utilizaron aproximadamente una cuarta parte de todos los créditos de carbono disponibles en 2022.
Luego compararon cuánto redujeron sus emisiones estas empresas entre 2018 y 2023 y cuán ambiciosos eran sus objetivos climáticos con la cantidad de créditos de carbono que adquirieron. Para garantizar la precisión de los datos de las empresas, los investigadores los compararon con las de las principales agencias de créditos de carbono.
El estudio reveló que, en promedio, las empresas destinan alrededor del 1% de su inversión de capital a créditos de carbono, lo que significa que representan una pequeña proporción del presupuesto total. La investigación también destaca un problema en el que las compensaciones de carbono pueden competir con la descarbonización interna.
Para algunas empresas de compensación a gran escala, como Delta Air Lines y easyJet, la compra de grandes cantidades de créditos de carbono puede desviar fondos de proyectos internos que reducirían directamente sus emisiones. Otras empresas utilizan los créditos de carbono para alcanzar sus objetivos porque resulta más económico y sencillo que realizar cambios estructurales internos.
¿Cual es la solución?
Los investigadores sugieren una solución: abandonar la compensación voluntaria de carbono y adoptar medidas regulatorias, como el cumplimiento normativo. Este sistema, impuesto por el gobierno, obliga a las empresas a pagar por el carbono que emiten. El objetivo principal es crear un incentivo financiero para que las empresas reduzcan sus emisiones de carbono.
Independientemente de si este cambio se produce o no, el estudio destaca la preocupación por el lavado de imagen ecológico, que se produce cuando las empresas, accidental o intencionadamente, engañan a los consumidores sobre sus prácticas ambientales. Los hallazgos indican que las normas actuales a menudo no impiden que las empresas hagan declaraciones ambientales falsas. Este es un problema fundamental para los consumidores con conciencia ambiental que desean saber si las promesas de una empresa de ser ecológica son genuinas o solo una fachada.
Fuente: Phys.org.