Pequeños halcones son la nueva patrulla de seguridad alimentaria de los cultivos de cereza

Biología

Las cerezas son deliciosas. Cuando están recién maduras, son dulces, jugosas y casi irresistibles. Pero no somos los únicos que lo pensamos. Aves como los petirrojos también se sienten atraídas por los huertos.

Para los agricultores, la fruta que comen las aves es solo una parte del problema. El problema más grave proviene de los patógenos transmitidos por los alimentos presentes en los excrementos de las aves.

Este impasse ha resultado difícil de resolver para muchos fruticultores. Para mantener la seguridad de sus cultivos, muchos “desinfectan” sus campos, a menudo eliminando los hábitats que sustentan la biodiversidad. Pero una nueva investigación publicada en el Journal of Applied Ecology sugiere que la solución para lograr alimentos más limpios no es eliminar la naturaleza, sino añadir más. Específicamente, en forma de un halcón diminuto.

Una zona de exclusión aérea

El cernícalo americano es el halcón más pequeño de Norteamérica, pero no te dejes engañar por su tamaño. Es un depredador de precisión.

“Es fascinante observarlos en vuelo”, comentó la autora principal, Olivia Smith. Los halcones planean en el aire mientras exploran el suelo en busca de presas, que pueden ser desde insectos hasta ratones y pequeños pájaros.

Pero Smith no estaba allí solo para disfrutar del espectáculo. Quería ver si podían ser un aliado natural para los agricultores.

Las poblaciones de cernícalos están actualmente en declive, lo que las convierte en una especie de preocupación para la conservación. Smith y sus colegas trabajaron con agricultores para instalar cajas nido, brindando a estas aves rapaces un lugar donde criar a sus crías. A cambio, los cernícalos convirtieron el huerto en un “paisaje de miedo” para las aves frugívoras más pequeñas.

Los resultados demostraron que los halcones realmente ayudan. En los campos donde los cernícalos criaban a sus familias, la abundancia de aves plaga disminuyó significativamente. Los cernícalos reforzaron eficazmente la zona de exclusión aérea.

“Es difícil mantener a las aves alejadas de los cultivos”, dijo Smith, profesor adjunto de horticultura y miembro del Programa de Ecología, Evolución y Comportamiento de la MSU. Pero los halcones hicieron un excelente trabajo.

Cernícalos y cerezas

Esta disminución se reflejó directamente en la calidad de la cosecha. En huertos sin cernícalos, los investigadores detectaron daños por aves en el 2,50% de las cerezas. En huertos con cernícalos, esa cifra se desplomó a tan solo el 0,47%. Esto representa una pérdida evitada del 2%, lo que supone una reducción considerable del desperdicio de fruta.

Las mejoras en los daños causados ​​por plagas se confirmaron mediante el análisis de excrementos de aves. Los investigadores examinaron las ramas de cerezo y contabilizaron los depósitos fecales. En los huertos de control, el 6,88% de las ramas presentaba excrementos de aves. En los huertos protegidos por cernícalos, esta cifra se redujo al 2,33%.

Curiosamente, la presencia de cernícalos no modificó la prevalencia de enfermedades entre las aves plaga. Entre el 10% y el 11% de las muestras fecales contenían ADN de Campylobacter, independientemente de la presencia de cernícalos. Los cernícalos mantuvieron a los petirrojos fuera del huerto, pero no los eliminaron de los patógenos.

Sin embargo, el estudio también destacó un matiz crucial en la ciencia de la seguridad alimentaria: la diferencia entre el ADN y las bacterias vivas. Si bien los investigadores encontraron ADN de Campylobacter en casi el 20% de las muestras tomadas de aves, el hallazgo de bacterias vivas y cultivables en los cultivos fue mucho más infrecuente. Se encontró Campylobacter viable en solo aproximadamente el 1% de las heces recolectadas de los cultivos.

Esto realmente podría funcionar

Si estas cifras no te parecen grandes, debe tener en cuenta que los agricultores operan con márgenes de ganancia muy ajustados. Las mallas antipájaros, un método común para evitar plagas, son muy eficaces, pero increíblemente caras. Instalar un solo rollo cuesta $1,700 y requiere mucha mano de obra.

En comparación, el estudio estima que el costo de comprar e instalar una caja nido es de aproximadamente $114.79, con tan solo $22.50 al año para su mantenimiento. Considerando que una sola caja puede proteger un área considerable y que los beneficios se extienden a cientos de metros, la rentabilidad de la inversión es evidente.

Hay otro aspecto importante: a los agricultores generalmente les gustan las aves rapaces. Encuestas anteriores indican que los agricultores perciben a las aves rapaces como beneficiosas y están realmente interesados ​​en adoptar cajas nido. Esto significa que es más probable que acepten y apoyen programas que incluyan halcones. Se trata de una situación inusualmente beneficiosa para todos. Los cernícalos obtienen un respiro necesario y los agricultores obtienen mejores márgenes de ganancia. Puede que los petirrojos no estén entusiasmados, pero, en general, los investigadores lo consideran una victoria.

Por supuesto, existen ciertas advertencias. La estrategia se basa en la presencia local de cernícalos y en que su temporada reproductiva coincida con la cosecha. Además, los agricultores deben tener cuidado de no instalar perchas artificiales directamente sobre los cultivos, ya que los propios depredadores podrían convertirse en una fuente de contaminación, aunque este estudio no encontró evidencia de que los cernícalos defecaran en la fruta.

Pero el hallazgo podría aplicarse a más que sólo las cerezas. Los productores de hortalizas de hoja verde, por ejemplo, se enfrentan a un escrutinio aún mayor en materia de seguridad alimentaria. Dado que la lechuga suele consumirse cruda y crece cerca del suelo, los riesgos son graves. Cultivar un ecosistema con depredadores superiores podría ser una estrategia sostenible y viable. Quizás no necesitemos esterilizar nuestras granjas; necesitamos que sean más naturales.

El estudio fue publicado en el Journal of Applied Ecology.

Fuente: ZME Science.

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