Durante medio siglo la extracción de energía de los agujeros era una simple teoría, ahora, un nuevo experimento ha demostrado que esto es posible.
En 1969 el matemático Roger Penrose propuso que una sección del agujero llamada la ergósfera, ubicada afuera del horizonte de eventos podría ser usada para extraer energía.
En 1971 el físico soviético Yakov Zeldovich indicó que para comprobar ello, se podría reemplazar el agujero con un cilindro de metal rotatorio y luego encender dos haces de luz retorcidos. Si el cilindro gira a la velocidad adecuada, la luz se reflejaría de vuelta con la energía extraída de la rotación del cilindro, debido a una anomalía del llamado efecto Doppler giratorio. Este método ya es usado por los astrónomos para calcular la rotación de estrellas y galaxias
El problema era que el cilindro necesitaba llegar a las mil millones de revoluciones por segundo, lo que lo hacía menos poco práctico. No obstante, recientemente un grupo de científicos de la Universidad de Glasgow en Escocia hicieron un experimento inspirado en el propuesto por Zeldovich en el que reemplazaban los haces de luz con ondas sonoras.
El experimento consistió en un anillo de altavoces puestos de tal forma que las ondas sonoras se retorcerían al igual que los rayos de luz, el agujero negro era un amortiguador giratorio del sonido hecho con un disco de espuma, la velocidad dependía de las ondas de sonido que lo golpeaban, unos micrófonos puestos al otro lado del disco detectaban las ondas que lo atravesaban.
Los resultados fueron increíbles, cuando el disco empezó a acelerarse los sonidos fueron inaudibles, pero al volver a la velocidad inicial eran un 30% mas ruidosos que antes, ello se debía a la energía extraída de la rotación del disco.
Los científicos ahora trabajarán para replicar el experimento en ondas electromagnéticas, lo que podría llevar a implementar nuevas tecnologías y entender mejor los agujeros negros.
Fuente: Nature Physics a través de Science Alert
Interesante