¿A qué se debe la curiosidad humana?

Psicología

El ansia humana por conocer y entender es la fuerza motriz detrás de nuestro desarrollo como individuos y también de nuestro éxito como especie. Pero esta curiosidad también puede dar lugar a tropiezos o terribles caídas.

Debido a su importancia, el concepto de curiosidad ha sido estudiado en varias disciplinas y es esta la razón por la que los expertos no se ponen de acuerdo a la hora de definirlo. William James, uno de los primeros psicólogos modernos lo llamó el “impulso hacia una mejor cognición”. Mientras que Ivan Pavlov, luego de estudiar a los perros (seguramente los mismos que usó para sus experimentos) concluyó que la curiosidad era un estímulo impulsado por la presencia de algo nuevo en el ambiente.

La curiosidad comprende una amplia variedad de comportamientos. Lo más probable es que no existe un simple gen de la curiosidad, sino que son los factores genéticos unidos a los ambientales los que la provocan.

Un estudio publicado en 2007 en la revista Proceedings of the Royal Society B, Biological Science encontró unos cambios en un tipo de gen en pájaros cantores. Este gen es más común en aquellos individuos con una disposición a explorar el ambiente, por otra parte, las mutaciones en humanos de este gen, conocido como DRD4 se asocian con la propensión de las personas a la hora de buscar cosas nuevas.

Sin importar su estructura genética, los niños tienen que aprender una gran cantidad de información en una ventana de tiempo muy corta. Por ello, la curiosidad es una herramienta poderosa para llevar a cabo semejante tarea.

Cientos de estudios muestran que los niños prefieren las cosas novedosas. Un estudio llevado a cabo en 1964 mostró que un grupo de infantes entre los 2 y los 6 meses de edad, al crecer se interesaban cada vez menos en patrones visuales complejos que ya habían visto. Otro estudio publicado en 1983 por la revista Developmental Psychology y hecho en niños entre los 8 y los 12 meses de edad preferían los juguetes nuevos entre los que les eran familiares.

Esto tiene un nombre: curiosidad perceptual, esto es lo que motiva a los niños, los animales no humanos y los humanos adultos a buscar las cosas nuevas para luego perder el interés debido a la exposición prolongada. El balbuceo es un ejemplo de ello, puesto que con él los niños exploran los sonidos que pueden hacer con su boca, a medida que crecen estos sonidos se vuelven algo cotidiano.

Hay una forma de curiosidad que es distintamente humana, los científicos la llaman curiosidad epistémica, en esta, se busca el conocimiento y la eliminación de la incertidumbre, por lo que requiere de un lenguaje más complejo.

Pero la curiosidad tiene un costo. El hecho de que los humanos puedan imaginar algo no significa que funcionará, al menos no al principio. En algunas situaciones, las apuestas son bajas y el fracaso es una parte importante del crecimiento. Por ejemplo, muchos bebés son gateadores perfectamente competentes, pero deciden intentar caminar porque hay más para ver y hacer cuando se paran erguidos. Pero este hito tiene un pequeño costo. Un estudio de niños de 12 a 19 meses que aprendieron a caminar documentó que estos niños se cayeron mucho. Diecisiete veces por hora, para ser exactos. Pero caminar es más rápido que gatear, por lo que esto “motiva a los rastreadores expertos a hacer la transición a caminar”, escribieron los investigadores en el estudio de 2012, publicado en la revista Psychological Science.

A veces, sin embargo, probar una nueva idea puede conducir al desastre.

“La curiosidad probablemente llevó a la gran mayoría de las poblaciones humanas a la extinción”, dijo Augustín Fuentes, profesor de antropología de la Universidad de Princeton.

Por ejemplo, los inuit de las regiones árticas de Groenlandia, Canadá y Alaska, y los sami del norte de Europa han “creado modos increíbles para enfrentar los desafíos” de vivir en climas del norte, pero “lo que olvidamos es probablemente Decenas de miles de poblaciones que intentaron y no pudieron “en esos paisajes desafiantes”, dijo.

En definitiva, la curiosidad es sobre la supervivencia. No todos los humanos curiosos vivieron para pasar su inclinación por la exploración a sus descendientes, pero aquellos que lo lograron ayudaron a crear una especie que no puede evitar pensar: “me pregunto qué pasaría si …”.

Fuente: Live Science.

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