Con el fin de protegerse a sí mismas, las bacterias infecciosas tratan como pueden de evadir nuestro sistema inmune. Ahora, los científicos han descubierto un nuevo truco que usan para lograr esto.
Las bacterias liberan toxinas con las que desarman las mitocondrias de las células inmunes, las cuales funcionan como los motores de las células. Cuando esto pasa, el cuerpo procede a efectuar la muerte celular programada o apoptosis.
Este descubrimiento nos ayudará a encontrar nuevas formas de atacar las bacterias y desarrollar antibióticos más efectivos. De todos modos, los experimentos sólo se han hecho en ratones.
“Irónicamente, es la activación de los factores de muerte de la célula huésped lo que da el golpe final a las mitocondrias lo que induce la apoptosis, no las toxinas bacterianas en sí”, dice el biólogo molecular Pankaj Deo del Monash Biomedicine Discovery Institute (MBDI) en Australia.
En otras palabras, las bacterias no matan directamente a las células inmunes, sino que inducen la respuesta con las que estas se matan a sí mismas. Nuestro cuerpo usa a las mitocondrias como sensores de alarma.
Así se hizo en los experimentos con ratones descritos en el estudio. Al elegir como blanco las células que procedían a la apoptosis, los científicos pudieron reducir el riesgo de infección en los roedores.
Las bacterias Neisseria gonorrhoeae, Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa fueron las evaluadas. Todas son patógenos que se encuentran con frecuencia en hospitales y que pueden desarrollar resistencia a los antibióticos. Los científicos afirman que el experimento aplica para otras bacterias.
“Hemos demostrado en este artículo que podemos acelerar la respuesta inmunitaria”, dice el biólogo molecular Thomas Naderer de MBDI. “El otro lado es que si esa respuesta persiste y tenemos una inflamación constante, que generalmente se asocia con una infección bacteriana y que causa mucho daño tisular, tenemos una nueva forma de detener esa inflamación que daña los tejidos”.
Anteriormente, la atención de los investigadores se había dirigido a la piroptosis, otro tipo de muerte celular. En este, los investigadores se han centrado en otras toxinas bacterianas envueltas en estructuras llamadas membranas vesiculares exteriores.
Ahora que sabemos como las mitocondrias son escogidas, los científicos quizás puedan detener esto. Los futuros ensayos se tendrán que hacer en humanos para saber que sucede a nivel microscópico, pero es posible también que se puedan desarrollar nuevos medicamentos y que los actuales se puedan rediseñar.
Con los patógenos evolucionando para ser cada vez más sofisticados a la hora de combatir las sustancias que desarrollamos en contra de ellos, este descubrimiento puede ser muy útil para tener ventaja en una guerra eterna.
“Ha habido un gran esfuerzo para tratar de bloquear las endotoxinas que matan las células inmunes, pero este estudio realmente cambia el enfoque hacia diferentes toxinas que podrían ser más importantes”, dice Naderer. “Nos da algunas buenas pistas que podemos considerar como un próximo paso”.
Fuente: Nature Microbiology a través de Science Alert.