Ya sea que escuches una pieza de Mozart o una canción de heavy metal, escuchar música puede ser una experiencia intensa o incluso eufórica. Escuchar tu tema favorito puede traer recuerdos bañados en nostalgia o enviar vibraciones que recorren tu columna.
Estas sensaciones pueden ser vistas en escáneres cerebrales y está asociada con la activación del sistema de recompensas y placer que se ha visto con anterioridad en imágenes cerebrales. Ahora, los científicos han analizado los patrones de actividad cerebral vinculados con sensaciones placenteras.
En este estudio, un encefalograma de alta densidad fue usado para medir olas de actividad eléctrica en los cerebros de las personas mientras escuchaban música con audífonos y electrodos en su cuero cabelludo.
El equipo de investigación les pidió a 7 hombres y 11 mujeres (que dijeron experimentar olas de placer musical) que escucharan una colección de 15 minutos con pistas sonoras de 90 segundos. Algunas eran de la música favorita de los participantes, mientras que otras fueron escogidas por los investigadores.
Anteriormente, la investigación había mostrado que las sensaciones musicales ocurrían en dos fases: la anticipación antes del pico de la sensación mientras la música suena y la sensación crece, lo cual es seguido por otro pico en la segunda fase.
Los 18 amantes de la música en este estudio, equipados con un EEG, informaron cuando sintieron que se acercaba un escalofrío. Se registraron más de 300 sensaciones, cada una con una duración de aproximadamente 9 segundos en promedio.
Pero al observar las lecturas de EEG, los investigadores también pudieron detectar otras sensaciones fuera de estos momentos predichos.
Y los resultados de algunas personas tuvieron que excluirse del análisis si, por ejemplo, experimentaron cero instancias de escalofríos musicales durante los experimentos.
La buena noticia es que los investigadores no encontraron relación entre la cantidad de sensaciones placenteras experimentados y los años de entrenamiento musical que una persona puede haber tenido, lo que significa que incluso si no tienes talento musical, eso no es una barrera para sentir dichas sensaciones. Aún puedes disfrutar de la música de todos modos.
Un análisis más detallado de los resultados del EEG mostró que cuando los participantes experimentaron una sensación y aumentaron sus índices de excitación, la actividad cerebral también aumentó en la corteza prefrontal, el lóbulo frontal del cerebro.
Usando un algoritmo, los investigadores rastrearon esta actividad, en la superficie del cerebro, hasta una activación de la corteza orbitofrontal, una región del cerebro que se encuentra por encima de las cuencas de los ojos, integra experiencias sensoriales y procesa las emociones.
También identificaron dos patrones específicos de escalofríos asociados con la actividad en el área motora suplementaria del cerebro medio (o SMA) y el lóbulo temporal derecho, una región que procesa los sonidos y puede estar relacionada con la apreciación musical.
Los resultados están en línea con los hallazgos de estudios de imágenes previos que también muestran la activación de estas regiones del cerebro, que pueden desencadenar los sistemas de recompensa del cerebro y la liberación de la hormona del “bienestar”, la dopamina.
El estudio también abre nuevas vías para la investigación.
“El hecho de que podamos medir este fenómeno con EEG brinda oportunidades para el estudio en otros contextos, en escenarios que son más naturales y dentro de los grupos”, dijo el neurocientífico Thibault Chabin de la Universidad Burgundy Franche-Comté en Francia.
A diferencia de las máquinas de imágenes cerebrales, los instrumentos EEG inalámbricos son fácilmente transportables y, como muestra este estudio, EEG podría ser una herramienta prometedora para medir el placer musical en una sala de conciertos o en un espectáculo.
Hacerlo podría producir resultados algo diferentes a estos experimentos de laboratorio, ya que las 18 personas involucradas en este estudio esperaban sentir momentos escalofriantes.
Además, más investigaciones podrían decirnos más sobre por qué escuchar música en vivo puede ser una experiencia tan gratificante, o cómo el placer de la buena música se comparte entre amigos y en grupos (algo que algunos de nosotros podríamos estar perdiendo en estos tiempos de pandemia).
“Queremos medir cómo las actividades cerebrales y fisiológicas de múltiples participantes se acoplan en entornos musicales sociales naturales”, dijo Chabin.
“El placer musical es un fenómeno muy interesante que merece ser investigado más a fondo para comprender por qué la música es gratificante y descubrir por qué la música es esencial en la vida humana”.
Fuente: Frontiers in Neuroscience a través de Science Alert.