En una parcela de tierra de cultivo en Lelystad, Países Bajos, el arte y la tecnología se fusionan en un impresionante espectáculo de luces. Durante el día, el campo de 20.000 metros cuadrados parece cualquier terreno de cultivo, pero por la noche se transforma en un país de las maravillas psicodélico.
Sin embargo, no te dejes engañar por las bonitas luces. La instalación en realidad sirve para mejorar el crecimiento de los cultivos, mejorando el rendimiento y reduciendo la necesidad de pesticidas en un 50%.
El proyecto, conocido como GROW, es una creación del diseñador holandés Daan Roosegaarde, fundador de Studio Roosegaarde.
Roosegaarde usó una mezcla de “luces danzantes” azules, rojas y ultravioleta que brillan a través de un campo de puerros.
Roosegaarde se inspiró para embarcarse en este proyecto después de un raro encuentro con las zonas rurales de los Países Bajos. Urbanita confeso, el diseñador había pasado muy poco tiempo apreciando el paisaje agrícola de su país, pero todo cambió después de que hizo una visita a la granja.
El diseñador holandés trabajó en estrecha colaboración con los biólogos de plantas para determinar cuál era la cantidad justa de frecuencias de luz y el posicionamiento ideal para que el campo de puerros creciera de la manera más eficiente posible.
La investigación sugiere que ciertas combinaciones de frecuencias no solo pueden fortalecer el metabolismo de las plantas, sino también aumentar la resistencia a plagas y enfermedades.
No es de extrañar que este proyecto se haya iniciado en los Países Bajos. Aunque es diez veces más pequeño que Texas, los Países Bajos son el segundo productor mundial de hortalizas, después de Estados Unidos.
Gracias a innovaciones tecnológicas como estas, un país tan pequeño puede convertirse en una potencia agrícola, alimentando no solo a su población sino también exportando sus productos al mundo.
Fuente: ZME Science.
