Ya existe un fuerte vínculo entre el sueño y la memoria, y los científicos acaban de descubrir más sobre cómo funciona esa relación: existen patrones específicos de actividad cerebral que abren ventanas a nuestras experiencias pasadas, fijándolas en nuestra memoria a largo plazo. Estos patrones involucran las oscilaciones lentas (SO) de las ondas cerebrales que normalmente acompañan al sueño, y las ráfagas de actividad del huso del sueño más agudas que ocurren durante el sueño sin sueños. Ahora parece que la forma precisa en que estos dos tipos de actividad cerebral se coordinan entre sí hace una gran diferencia en lo bien que recordamos algo.
Nuestros recuerdos se reactivan esencialmente durante el sueño a través de estos dos patrones de actividad cerebral, sugieren los investigadores, lo que nos hace más propensos a recordarlos. Cuanto más fuerte sea la reactivación, es más probable que podamos recordar un recuerdo más adelante.
“Nuestro principal medio para fortalecer los recuerdos mientras dormimos es la reactivación de la información previamente aprendida, lo que nos permite solidificar los recuerdos en las reservas neocorticales a largo plazo”, dice el neuropsicólogo Bernhard Staresina de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido.
“Hemos descubierto una intrincada interacción de la actividad cerebral, oscilaciones lentas y husos del sueño, que crean ventanas de oportunidad que permiten esta reactivación”.
En dos experimentos, se pidió a 20 voluntarios que recordaran los vínculos entre palabras y escenas, y palabras y objetos, antes de tomar una siesta durante al menos media hora. Los pensamientos sobre escenas y objetos desencadenan diferentes partes del cerebro, por lo que su uso permitió a los investigadores identificar qué recuerdos se estaban reactivando.
Usando escáneres de electroencefalograma (EEG) mientras los participantes dormían, y luego probándolos en lo que recordaban cuando se despertaron, el equipo pudo establecer el vínculo entre el acoplamiento estrecho del eje SO y la memoria mejorada. Tanto los SO como los husos del sueño son necesarios para reactivar los recuerdos, observaron los investigadores, y cuanto más cercana sea la sincronización del husillo SO, más fuerte será la reactivación y mejor será la preservación de la memoria.
Esto es lo que esperaban los investigadores, basándose en varios estudios previos, pero la relación entre los dos tipos de actividad cerebral y las señales que involucran la memoria no se había medido con tanto detalle antes; llena algunos de los vacíos en nuestra comprensión sobre cómo el cerebro consolida los recuerdos mientras dormimos. Es aún más evidencia, como si la necesitáramos, de los beneficios del sueño. Además de asegurarnos de que nuestros recuerdos permanezcan en su lugar, dormir lo suficiente puede mejorar la agilidad mental y clasificar los eventos del día.
Se necesitarán más investigaciones para observar más de cerca la relación entre los SO, los husos del sueño y la memoria. Estos experimentos solo involucraron siestas de dos horas en lugar de noches completas de sueño, y los investigadores dicen que quieren observar más de cerca las interacciones relacionadas con otras partes del cerebro, como el hipocampo.
“Estos resultados arrojan nueva luz sobre la función de memoria del sueño en humanos y enfatizan la importancia de los ritmos de sueño orquestados para fortalecer nuestro poder de recordar y orquestar la creación de recuerdos”, dice el neuropsicólogo Thomas Schreiner de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich en Alemania.
Fuente: Science Alert.