El sonido puede ayudarnos a lidiar con el creciente problema de los microplásticos que plagan los océanos del mundo, según una nueva investigación. Los microplásticos se están acumulando en todas las capas del medio ambiente, desde el suelo hasta las vías fluviales, incluso en la atmósfera. Estas partículas se producen directamente mediante procesos cosméticos, de ropa o industriales, o indirectamente a través de la descomposición de piezas de plástico más grandes.
Se están convirtiendo en una preocupación ambiental genuina que pone en riesgo la salud tanto de los seres humanos como de la vida silvestre. Se ha realizado un esfuerzo considerable para desarrollar formas eficientes de eliminación de microplásticos, con éxito variable. Ahora, una nueva investigación del Institut Teknologi Sepuluh Nopember en Surabaya, Indonesia, ofrece una solución inusual al problema: filtrarlos fuera del agua usando sonido.
Parlantes al rescate
El enfoque implica el uso de altavoces para generar “ondas acústicas masivas” (ondas de sonido que se propagan por todo el volumen de una sustancia) con el fin de obligar a las partículas microplásticas en el agua a separarse del líquido. Esto permite la eliminación rápida y fácil de las partículas por medios mecánicos, ofreciendo un método limpio y rápido para fregar aguas de microplásticos.
Durante las pruebas de laboratorio de su técnica, los investigadores utilizaron dos altavoces para generar ondas acústicas a través de una muestra de agua cargada de partículas microplásticas que se hizo circular a través de un tubo. La fuerza de estas ondas (los sonidos se propagan a través de los movimientos físicos de las partículas de un material) creó presión dentro del tubo, lo que obligó a las micropartículas de plástico a moverse hacia el centro del tubo. Este tubo finalmente se dividió en tres canales, con el del medio quitando el plástico mientras que los otros dos se llevaron el agua más limpia.
Durante las pruebas, el dispositivo del equipo frotó alrededor de 150 litros de agua contaminada por hora. Probaron tres tipos de partículas microplásticas en agua pura y agua de mar. La eficacia de la plataforma dependía principalmente del tipo de agua que fluía a través de ella, pero también variaba con el tipo de plástico que contenía. Sin embargo, las calificaciones de eficiencia más bajas del dispositivo fueron ligeramente superiores al 56% en agua pura y al 58% en agua de mar en todos los tipos de microplásticos utilizados en la prueba.
El equipo explica que esto fue solo una prueba de concepto. Están seguros de que con un mayor ajuste de la frecuencia de las ondas acústicas que generan, de la distancia entre los altavoces y el tubo, y del flujo de agua a través del tubo, se pueden lograr mayores eficiencias. La cantidad de plástico que se puede eliminar a lo largo de un ciclo del dispositivo depende directamente de cuánta presión se pueda generar en el agua utilizando las ondas sonoras, y todos esos elementos afectarían este parámetro.
Un problema potencial con la tecnología que puede limitar severamente su aplicabilidad en la naturaleza es que muchas especies marinas son muy sensibles a los sonidos en el rango de frecuencia audible, el mismo rango en el que el equipo hace sonar sus parlantes. Los autores están trabajando arduamente para encontrar posibles soluciones a este problema. En caso de que esto no se pueda solucionar, la tecnología sigue siendo prometedora para fregar el agua antes de que se arroje a las vías fluviales. Si bien esto no ayudará a limpiar el plástico que ya flota alrededor de los océanos, al menos puede limitar la afluencia de nuevos microplásticos.
“Creemos que es necesario un mayor desarrollo para mejorar la tasa de limpieza, la eficiencia y, en particular, la seguridad de la vida marina”, dijo Dhany Arifianto, presidente de vibración y acústica del Institut Teknologi Sepuluh Nopember Surabaya, investigador principal del proyecto.
Los hallazgos se presentarán en la 181ª Reunión de la Sociedad Estadounidense de Acústica en Seattle, Washington, el 1 de diciembre.
Fuente: ZME Science.