Investigadores de la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU) en Singapur han encontrado una manera de crear biocemento a partir de lodo de carburo y orina, creando una mezcla que no solo es más sostenible, sino también mucho más económica. El cemento es uno de los materiales más problemáticos de la Tierra. Es increíblemente útil: solo mire a su alrededor, es probable que gran parte de lo que ve contenga cemento, pero producir y usar cemento genera una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero. La producción de cemento representa alrededor del 8% del total de las emisiones mundiales provocadas por el hombre, el equivalente a un país grande.
Como era de esperar, los investigadores están buscando ansiosamente alternativas más sostenibles al cemento, y una de esas alternativas es algo llamado biocemento. El biocemento es un producto que se basa en un fenómeno inteligente, estimulando las bacterias nativas del suelo para conectar las partículas del suelo, creando un material de construcción fuerte y renovable que casi actúa como un organismo vivo y tiene un impacto mucho menor en el medio ambiente. En el nuevo estudio, los investigadores utilizaron lodo de carburo industrial y urea (extraídos de la orina de los mamíferos) para crear biocemento.
El equipo de investigación, dirigido por el profesor Chu Jian de la NTU, desarrolló un proceso en el que la urea reacciona con los iones de calcio en el lodo de carburo para formar un precipitado, una sustancia sólida dura depositada a partir de la mezcla. La mezcla une las partículas más juntas, llenando los espacios entre ellas y creando una mezcla sólida: el cemento.
“El biocemento es una alternativa sostenible y renovable al cemento tradicional y tiene un gran potencial para ser utilizado en proyectos de construcción que requieren el tratamiento del suelo”, dijo el profesor Chu, quien también es director del Centro de Soluciones Urbanas de la NTU. “Nuestra investigación hace que el biocemento sea aún más sostenible al utilizar dos tipos de materiales de desecho como materia prima. A la larga, no solo abaratará la fabricación de biocemento, sino que también reducirá el coste de la eliminación de residuos”.
El material desarrollado no solo es duradero y sostenible, sino también rentable. También podría usarse, por ejemplo, para controlar la erosión del suelo, fortalecer el suelo en la construcción o excavación, o como lechada para grietas o monumentos.
El primer autor Yang Yang, un ex Ph.D. de la NTU, estudiante e investigador asociado en el Centro de Soluciones Urbanas que actualmente es becario de posdoctorado en la Universidad de Chongqing, China, concluyó:
“La precipitación de carbonato de calcio en varios niveles de cementación fortalece el suelo o la arena al llenar gradualmente los poros entre las partículas. El biocemento también podría usarse para sellar grietas en el suelo o la roca para reducir la filtración de agua”.
El estudio fue publicado en el Journal of Environmental Chemical Engineering.
Fuente: ZME Science.