En las últimas décadas, los astrofísicos y los entusiastas de la ciencia ficción se han frustrado cada vez más con la incapacidad de la humanidad para detectar la presencia de vida en cualquier parte del universo que no sea el planeta Tierra. Los científicos han notado que, basándose en los miles de millones de planetas que se han encontrado en zonas habitables alrededor del universo, y el hecho de que la vida existe en un lugar, en la Tierra, también debería haber vida en otro lugar.
El problema, ahora conocido como la paradoja de Fermi, es que los científicos aún no han encontrado ni la más mínima evidencia de ello. Científicos prominentes han comenzado a pedir cada vez más formas nuevas y más exóticas de búsqueda.
En este nuevo esfuerzo, los investigadores señalan que la ciencia ha avanzado hasta el punto de que las ondas de gravedad pueden detectarse mediante tecnología como LIGO. Sugieren además que no está fuera del alcance de la posibilidad de que los extraterrestres que pilotean naves espaciales puedan dejar ondas de gravedad a su paso que podrían detectarse aquí en la Tierra utilizando dicha tecnología.
Intrigados por su propia idea, los investigadores imaginaron los factores que podrían estar involucrados para que se desarrolle tal escenario. Primero, calcularon el tamaño de tal nave. Descubrieron que tendría que ser realmente grande para generar ondas de gravedad lo suficientemente fuertes como para llegar a la Tierra, quizás del tamaño de Júpiter.
También tendría que moverse muy rápido: sus cálculos mostraron aproximadamente 1/10 de la velocidad de la luz. Y tendría que estar razonablemente cerca, digamos a unos 326.000 años luz de la Tierra. Señalan que, en tales condiciones, si surgiera, los investigadores de LIGO deberían poder detectar las ondas de gravedad generadas. Los investigadores también señalan que si los extraterrestres están usando motores warp, los científicos en la Tierra también deberían poder detectarlos, usando la misma tecnología, porque tal nave también generaría ondas de gravedad.
Fuente: Phys.org.