Aparte de las formaciones de supercontinentes, América del Norte y del Sur estuvieron desconectadas hasta hace varios millones de años; luego, una diminuta franja de tierra unió los continentes, provocando impactos que afectaron a todo el planeta. Este pequeño tramo de tierra, conocido como el Istmo de Panamá, transformó el clima global y dio paso a un gran experimento natural en la migración de plantas y animales.
Pero, ¿exactamente hace cuántos millones de años se unieron las Américas? El “modelo estándar” data de hace unos 3 millones de años, mientras que algunos estudios más recientes dicen que tiene entre 6 y 15 millones de años, con “un puente terrestre inicial” de hace 23 millones de años, según un informe de 2016 de la revista Science Advances.
“Todavía es controvertido”, dijo a Live Sciences Camilo Montes, geólogo estructural de la Universidad de los Andes en Bogotá.
Istmo de Panamá emerge en el mapa
El puente terrestre panameño surgió por fuerzas tectónicas. Grandes trozos de corteza llamados placas tectónicas cubren la capa exterior de la Tierra, chocando entre sí para formar cadenas montañosas y separándose para crear cuencas oceánicas. El istmo se formó cuando la placa tectónica del Caribe se encajó entre las placas que transportaban las Américas, dijo Montes. La actividad tectónica resultante elevó el lecho marino mientras creaba volcanes que rompieron la superficie del océano como islas, según el Observatorio de la Tierra de la NASA. Durante millones de años, los sedimentos de las corrientes oceánicas llenaron los espacios entre las islas, hasta que se formó el puente terrestre tal como lo conocemos. Este puente terrestre aparentemente pequeño aisló el Océano Atlántico Norte del Océano Pacífico Norte, cambiando las corrientes oceánicas.
El istmo resultante resultó transformador, forzando una corriente ecuatorial cálida desde el Golfo de México hacia el Atlántico y hacia la costa de América del Norte como la Corriente del Golfo. Otros cambios relacionados con la corriente hicieron que el Atlántico fuera más salado, impulsando la circulación global termohalina (en griego, “calor” más “sal”), según el estudio de Science Advances.
“La razón por la que tenemos el clima que tenemos hoy es porque el istmo se elevó”, dijo a Live Science Carlos Jaramillo, científico del personal del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales. Con solo 50 a 200 kilómetros de ancho y unos 640 km de largo, “este pequeño, diminuto pedazo de tierra afectó el clima de todo el planeta”.
Carretera biológica
El istmo también proporcionó un paso de gran importancia para los seres vivos de un continente a otro. El Gran Intercambio Biótico Americano (GABI) resultante fue “un experimento masivo de invasión biológica”, según un estudio de 2020 en la revista PNAS realizado por Jaramillo y sus colegas.
Las criaturas norteamericanas actuales como la zarigüeya de Virginia (Didelphis virginiana) y los puercoespines surgieron de los migrantes sudamericanos, mientras que los “ancestros de osos, gatos, perros, caballos, llamas y mapaches” viajaron en sentido contrario, según el Observatorio de la Tierra. Mientras tanto, el istmo aisló poblaciones oceánicas anteriormente mezcladas que luego evolucionaron de forma independiente.
Modelo estandar
El modelo estándar se originó a partir de investigaciones en la década de 1970, según el estudio Science Advances. Eso incluye un estudio de 1978 en la revista Geology que examinó fósiles de núcleos de aguas profundas y descubrió que las especies marinas se aislaron a ambos lados del istmo hace unos 3 millones de años. Durante las siguientes décadas, estudios posteriores reafirmaron esta línea de tiempo, según el informe de Science Advances.
La datación tradicional del GABI también apoyó esa estimación, según un estudio de 2013 en la revista Bulletin of Marine Science. Los científicos utilizaron principalmente datos de fósiles de animales para establecer el momento de GABI, según un estudio de 2010 en la revista Ecography. Dichos fósiles se fecharon mejor por su ubicación en capas de roca, según un estudio de 2008 en la revista Paleoceanography and Paleoclimatology.
Los científicos también vincularon el cierre del istmo con el momento del antiguo enfriamiento global. Los investigadores notaron que la formación de la capa de hielo y el enfriamiento relacionado coincidieron con el momento en que se pensaba que se había formado el istmo (a juzgar por la evidencia fósil), según el estudio de 2008. Así que plantearon la hipótesis de que este enfriamiento estaba relacionado con los cambios en las corrientes causados por el istmo. Por ejemplo, algunos investigadores dijeron que la Corriente del Golfo, al llevar más humedad al Ártico, generó más hielo marino, lo que reflejaría más luz solar y causaría enfriamiento, según la Institución Oceanográfica Woods Hole.
Desafíos a la fecha del Istmo
Una publicación de 2015 de Montes y sus colegas en la revista Science desafió esa visión tradicional. Los cristales llamados circones viajaron en los ríos desde la actual Panamá hasta Colombia hace entre 15 y 13 millones de años, revelando una conexión terrestre, encontró el estudio. Posteriormente, un estudio de 2015 de evidencia fósil y de ADN en la revista PNAS encontró “ondas significativas” de organismos terrestres que atravesaban los continentes hace 20 millones y 6 millones de años.
Sin embargo, poco después, el estudio Science Advances de 2016 rechazó esos desafíos a través de una “revisión exhaustiva y un nuevo análisis”. Encontró una mezcla de genes de aguas superficiales y animales marinos de ambos lados del istmo hasta hace unos 3 millones de años. Además, calculó que las migraciones masivas de mamíferos terrestres del GABI comenzarían alrededor de ese punto.
Sin embargo, investigaciones más recientes han seguido desafiando el modelo estándar. Una reseña de Jaramillo en el libro “Mountains, Climate and Biodiversity” (Wiley-Blackwell, 2018) aboga además por una línea de tiempo del GABI más amplia y desafía los vínculos entre el cierre del istmo hace aproximadamente 3 millones de años y la circulación termohalina. Algunos hallazgos geológicos recientes respaldan un vínculo más antiguo, dijo Jaramillo.
Un cierre anterior podría tener consecuencias importantes para varios campos. Sugeriría que los científicos necesitan una nueva explicación para el enfriamiento global hace 3 millones de años. También ha estimulado a algunos biólogos a reexaminar los “relojes moleculares” utilizados para estimar las líneas de tiempo evolutivas y, a menudo, calibrados para el nacimiento del istmo. “Se dieron cuenta de que sus… filogenias [diagramas ramificados de relaciones evolutivas] podrían ser muy diferentes y mucho más antiguas”, dijo Montes.
Fuente: Live Science.