Cinco décadas después de la última misión Apolo, la NASA está lista para enviar astronautas de regreso a la Luna. Se espera que la misión Artemis, como se la conoce, vuelva a poner las botas de los astronautas en la superficie lunar para 2025. Y, a diferencia de las misiones anteriores, el plan es ir a la Luna y quedarse allí para siempre mediante el establecimiento de un campamento base permanente.
Pero cuando los primeros astronautas de Artemis finalmente aterricen en la Luna, que incluirán a la primera mujer astronauta y al primer astronauta de color en unirse al exclusivo club de caminatas lunares, no estarán solos. Un grupo de tres mini-rovers autónomos los estará esperando. La NASA ahora ha ofrecido más detalles jugosos sobre por qué estos rovers podrían ser un gran problema para los vuelos espaciales.
Estos tres robots exploratorios, denominados colectivamente CADRE (Exploración Autónoma Robótica Cooperativa y Distribuida), se encuentran actualmente en su fase de prototipo de ingeniería. El plan de la NASA es implementar CADRE en 2024 a través del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS). Cada rover no es más grande que una maleta.
“Nuestra misión es demostrar que una red de robots móviles puede cooperar para realizar una tarea sin intervención humana, de forma autónoma”, dijo Subha Comandur, directora de proyectos de Jet Propulsion Laboratory CADRE.
Mientras que los rovers intrincados como el Perseverance on Marte requieren instrucciones meticulosamente calculadas para cada movimiento, los robots CADRE están programados para funcionar de forma autónoma. La NASA sólo instruirá a los robots para que enfoquen sus cámaras de mapeo estéreo en áreas específicas del paisaje y, a partir de ahí, los robots se harán cargo. Aunque los gerentes de la misión no microgestionarán sus acciones, monitorearán a los robots a través de una cámara de estación base montada en el módulo de aterrizaje.
“La única instrucción es, por ejemplo, ‘Ve a explorar esta región’, y los rovers resuelven todo lo demás: cuándo conducirán, qué camino tomarán, cómo maniobrarán alrededor de los peligros locales”, dijo. Jean-Pierre de la Croix, investigador principal de CADRE.
El aterrizaje está programado en la región Reiner Gamma de la Luna. Una vez allí, los mini rovers se enfrentarán a su primer desafío: maniobrar en formación mientras detectan y eluden obstáculos en la superficie lunar. Equipados con sensores avanzados, navegarán en colaboración por el terreno accidentado de la luna. Una cámara situada en el módulo de aterrizaje vigilará atentamente a los rovers mientras realizan diligentemente sus tareas.
Otro desafío que los rovers deberán superar es el calor abrasador. Las temperaturas en la región de Reiner Gamma iluminada por el sol pueden superar los 114°C, por lo que los mini-rovers sólo podrán operar en ciclos de 30 minutos. Después de cada ciclo, los robots pasarán 30 minutos expulsando calor a través de radiadores mientras recargan sus baterías mediante paneles solares. Una vez despiertos, los rovers elegirán un nuevo líder que liderará al trío y continuará su exploración autodirigida.
La NASA prevé que los conocimientos obtenidos de esta misión lunar podrían sentar las bases para los próximos esfuerzos de exploración espacial humana. La recopilación simultánea de datos desde varios puntos de vista podría potencialmente marcar el comienzo de nuevos conocimientos científicos u ofrecer un valioso apoyo a los astronautas durante sus misiones lunares.
Fuente: ZME Science.