En un cúmulo de estrellas a sólo 150 años luz de distancia se encuentran indicios de posibles agujeros negros. De ser exactos, los agujeros negros en el cúmulo de las Híades serían los más cercanos jamás registrados a la Tierra. Desde su descubrimiento, los agujeros negros han cautivado la atención de científicos de todo el mundo como uno de los fenómenos más enigmáticos y cautivadores del Universo. Esto es particularmente cierto en el caso de los agujeros negros pequeños porque han sido observados durante la detección de ondas gravitacionales. Desde las primeras detecciones de ondas gravitacionales en 2015, los expertos han observado muchos eventos que corresponden a fusiones de pares de agujeros negros de baja masa. En el estudio multiuniversitario, publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, los astrofísicos recrearon el estado actual de las Híades utilizando simulaciones por computadora que siguen el movimiento y la evolución de cada estrella del cúmulo.
“Nuestras simulaciones sólo pueden igualar simultáneamente la masa y el tamaño de las Híades si en la actualidad (o hasta hace poco) hay algunos agujeros negros en el centro del cúmulo”, afirma Stefano Torniamenti, investigador postdoctoral de la Universidad de Padua y primer autor del artículo.
La presencia de agujeros negros dentro del cúmulo de estrellas Híades tiene implicaciones de gran alcance para comprender cómo llegan a existir estos enigmáticos objetos. Los modelos astrofísicos sobre la fusión de agujeros negros binarios en todo el Universo estipulan que una fracción significativa de los agujeros negros de masa estelar deben experimentar patadas natales mínimas. Esta condición es esencial para explicar las detecciones de ondas gravitacionales que revolucionan fundamentalmente nuestra comprensión del cosmos. La retención de agujeros negros en cúmulos abiertos con velocidades de escape relativamente bajas (aproximadamente un km/s) se alinea con este requisito.
Los investigadores proponen que los agujeros negros en el cúmulo de estrellas Híades pueden haberse formado mediante un fenómeno conocido como segregación dinámica de masas. En este proceso, entidades más masivas, como los agujeros negros, gravitan hacia el centro del cúmulo debido a interacciones gravitacionales con estrellas vecinas. Debido a la velocidad de escape relativamente baja del cúmulo, este mecanismo puede haber sido crucial en su formación y posterior preservación.
Este estudio no es sólo una revelación limitada al cúmulo de estrellas Híades; también conlleva importantes implicaciones para la detección de agujeros negros en otros cúmulos estelares. Los investigadores proponen que se puede deducir la presencia de más agujeros negros a partir de los perfiles de densidad de los cúmulos. Esta información es invaluable para futuros estudios de cúmulos estelares y contribuye a la evolución de nuestra comprensión de la formación y el comportamiento de los agujeros negros.
“Esta observación nos ayuda a comprender cómo la presencia de agujeros negros afecta a la evolución de los cúmulos estelares y cómo los cúmulos estelares, a su vez, contribuyen a las fuentes de ondas gravitacionales”, afirma Mark Gieles, primer autor y miembro del Departamento de Física Cuántica y Astrofísica de la Universidad de Barcelona. “Estos resultados también nos dan una idea de cómo se distribuyen estos misteriosos objetos por la galaxia”.
Fuente: ZME Science.