Los animales hembr pueden inferir qué hace atractivo a un macho observando las elecciones de hembras más experimentadas, y el contexto de esas elecciones importa, según un modelo matemático publicado el 3 de octubre en la revista de acceso abierto PLOS Biology. En lugar de simplemente copiar a sus pares, las hembras podrían aprender a preferir rasgos raros que distinguen a los machos exitosos de los demás, informan Emily DuVal de la Universidad Estatal de Florida, EE. UU., y sus colegas.
La selección sexual (donde los rasgos se vuelven más comunes debido a su atractivo para el sexo opuesto) puede producir características extrañas y elaboradas, como enormes astas, plumaje brillante y extravagantes bailes de cortejo. Sin embargo, no se comprende exactamente por qué las hembras prefieren ciertos rasgos sobre otros.
Las preferencias femeninas en una población determinada a menudo cambian entre generaciones y, a veces, las preferencias difieren entre los individuos dentro de una población. Las teorías existentes sugieren que las hembras prefieren rasgos que indiquen calidad genética, que los rasgos masculinos y las preferencias femeninas están vinculados en un circuito de retroalimentación positiva; o que los sentidos de las mujeres las predisponen hacia ciertos rasgos. Pero ninguna teoría explica completamente la variedad de rasgos y preferencias que se observan en la naturaleza.
Para abordar esto, los investigadores desarrollaron un modelo matemático en el que las hembras aprenden qué rasgos son atractivos observando a los demás. En el modelo, las hembras jóvenes observan las elecciones de pareja de las hembras adultas y aprenden a preferir rasgos que distinguen al macho elegido de otros machos. En otras palabras, las hembras aprendieron a preferir el rasgo más raro de un macho exitoso, pero este rasgo no era necesariamente lo que la hembra observada realmente elegía.
A lo largo de varias generaciones, las preferencias femeninas hicieron que rasgos masculinos raros se volvieran más comunes, lo que luego los hizo menos atractivos. Esto ayudó a mantener la variación en los rasgos masculinos, en lugar de que un solo rasgo atractivo superara a los demás.
Los resultados de este modelo matemático son consistentes con varias características de la selección sexual en la naturaleza, como los rápidos cambios evolutivos y la persistencia de la variación en los rasgos masculinos y las preferencias femeninas. Los animales utilizan información social para tomar decisiones en muchos contextos. Inferir el atractivo de las parejas potenciales puede ser una extensión de esta tendencia general, dicen los autores.
DuVal y sus coautores añaden: “Si bien los científicos saben desde hace mucho tiempo que las hembras pueden copiar la elección de pareja de las demás, nadie había considerado previamente que estas hembras copiadoras no leyeran la mente. Cuando consideramos que las hembras pueden hacer “Errores al identificar qué rasgos otros encuentran atractivos, descubrimos que esto produce patrones que han desconcertado a los biólogos durante mucho tiempo, por ejemplo, mantener la variedad en los rasgos masculinos y las preferencias femeninas a lo largo del tiempo”.
Fuente: Phys.org.