Ciertos tumores cerebrales en niños pequeños contienen células que se desarrollan de manera muy similar a las células cerebrales normales y otras que ya se han desarrollado de manera maligna, dependiendo de dónde se encuentren dentro del tumor. Mediante el análisis de células individuales, un equipo de investigadores del Centro Oncológico Infantil Hopp de Heidelberg (KiTZ), el Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ) y el Hospital Universitario de Heidelberg (UKHD) pudieron caracterizar en detalle los programas genéticos de las células individuales y identificar su vía de desarrollo dentro del tumor.
El estudio se publica en la revista Nature Communications. El meduloblastoma se encuentra entre los tumores sólidos más comunes en los niños y el tumor cerebral maligno más común en los niños. El tumor crece en el cerebelo y puede dañar centros cerebrales vitales a medida que crece.
Según las características de los tejidos y los criterios genéticos, los meduloblastomas se dividen actualmente en diferentes grupos de riesgo, que pueden seguir un curso completamente diferente. Si bien ciertos subtipos progresan agresivamente y forman metástasis, existen otras formas que generalmente pueden curarse con una terapia combinada intensiva de cirugía, quimioterapia y radioterapia. Un equipo de investigadores ha utilizado ahora un método novedoso para investigar qué dirige ciertos tumores en una dirección más benigna o maligna a nivel celular.
Para ellos sirvió de modelo un tipo determinado de meduloblastoma, que se caracteriza por sus buenas posibilidades de recuperación y al mismo tiempo por las propiedades estructurales especiales de su tejido: en el llamado meduloblastoma con nodularidad extensa (MBEN), las cámaras del tejido pequeño están delimitadas dentro del tumor, el cual está conectado en forma de uva. El estudio mostró que las células tumorales ubicadas en estos nódulos ya no se dividían activamente y su programa genético era similar al de las células cerebrales maduras.
Sin embargo, en las zonas intermedias los científicos identificaron diferentes tipos de células: además de las células inmunitarias y del tejido conectivo, también había células tumorales mucho más agresivas, que continuaban dividiéndose incontrolablemente y cuyo programa genético se parecía más al de los meduloblastomas de rápido crecimiento y células nerviosas inmaduras. Sin embargo, durante su migración hacia los ganglios, las células cancerosas volvieron a madurar hasta convertirse en células nerviosas y ya no se dividieron.
Kristian Pajtler, oncólogo pediátrico de KiTZ, DKFZ y UKHD y director del estudio, explica los resultados de la siguiente manera: “En algunos tumores infantiles se bloquea el proceso de desarrollo normal. De este modo, las células cancerosas se vuelven similares a células precursoras inmaduras, que permanecer activo en la división debido a un programa genético específico”.
“En los tumores MBEN esto aparentemente sólo funciona parcialmente y muchas de las células pasan entonces a la mitad del proceso de desarrollo normal de una célula cerebelosa y dejan de dividirse. Esto también explicaría el curso mayoritariamente favorable de este tipo de tumor”.
Para sus análisis, el equipo diseccionó los tumores de nueve pacientes jóvenes con MBEN en sus componentes celulares individuales y analizó el programa genético de las células individuales. Utilizando un método bioinformático, pudieron reconstruir dónde se encontraban exactamente estas células dentro del tumor. El método, que se utilizó en colaboración con el departamento de Karsten Rippe en DKFZ, es de particular importancia para la investigación del meduloblastoma, explica uno de los dos autores principales del estudio, David Ghasemi, médico y científico de KiTZ, UKHD y DKFZ.
“Hasta ahora nunca ha sido posible desarrollar modelos de laboratorio para este tipo de meduloblastoma. Sólo con este método fue posible localizar los tipos de células individuales dentro del tumor y comprender en qué se diferencian las distintas áreas del tumor entre sí”.
Bloquear el proceso de maduración es una importante herramienta terapéutica que ya se está investigando para evitar la progresión maligna en los niños y hacer que las células cancerosas vuelvan a una dirección benigna.
“Es posible que los tumores MBEN sólo necesiten un pequeño empujón”, afirma Kristian Pajtler. “Porque aunque la mayoría de los niños con un tumor MBEN pueden curarse mediante cirugía y, si es necesario, terapias adicionales, estos son tratamientos muy intensivos para niños pequeños, que a menudo se asocian con efectos secundarios graves que duran toda la vida”.
Fuente: Medical Xpress.