Hervir agua es uno de los trucos de supervivencia más antiguos que existen y siempre es una buena idea cuando se obtiene agua de fuentes potencialmente contaminadas. Hervir matará cualquier bacteria, virus y prácticamente cualquier germen peligroso que cause enfermedades. Ahora, un nuevo estudio sugiere que la ebullición confiable también puede ser una técnica confiable para lidiar con uno de los contaminantes más generalizados del siglo XXI: los microplásticos.
Investigadores en China publicaron un nuevo estudio que muestra que hervir agua del grifo rica en calcio puede eliminar casi el 90% de los nano y microplásticos (NMP). Aunque los riesgos para la salud de la contaminación con microplásticos aún no están claros, este método es tan fácil y accesible como preparar una taza de té o café por la mañana.
Hervir los microplásticos
Nuestros suministros de agua están cada vez más contaminados con NMP. Estas partículas varían desde tan pequeñas como una milésima de milímetro hasta tan grandes como 5 milímetros. Las implicaciones para la salud de la ingestión de estos plásticos son una preocupación creciente, particularmente en relación con su potencial para alterar el microbioma intestinal humano. Si bien existen sistemas de filtración avanzados para abordar este problema, a menudo tienen un precio elevado, lo que deja un vacío para soluciones accesibles y rentables.
Zhanjun Li y Eddy Zeng, ambos investigadores de la Universidad Médica de Guangzhou, realizaron experimentos en los que hirvieron muestras de agua dura del grifo, enriquecidas con NMP, durante cinco minutos. El agua dura tiene un alto contenido mineral y forma naturalmente cal o carbonato de calcio (CaCO3) cuando se hierve.
Los químicos chinos notaron que cuando se formaba CaCO3 durante el proceso de ebullición, creaba incrustaciones que atrapaban las NMP. Estos plásticos encapsulados podrían luego eliminarse fácilmente o atraparse con un filtro simple, como el que se usa para preparar café.
Este descubrimiento es bastante interesante. Muestra cómo eliminar los microplásticos sin tecnología sofisticada, sino con algo tan omnipresente como la tetera de la estufa. Este efecto de encapsulación fue más pronunciado en agua dura, con una notable reducción de hasta el 90% de NMP en muestras que contenían 300 miligramos de CaCO3 por litro. Sin embargo, incluso en agua blanda, con menos de 60 miligramos de CaCO3 por litro, la ebullición logró eliminar alrededor del 25% de las NMP.
Un problema omnipresente
Los microplásticos están por todas partes. Están en los océanos, en las cimas de las montañas más remotas y en las islas lejanas, dentro de los animales, incluso dentro de ti. Los estudios han demostrado que una persona promedio ingiere alrededor de 70.000 partículas de microplástico cada año. Más recientemente, se han encontrado microplásticos en la sangre y el tejido pulmonar humanos.
Los microplásticos se encuentran en el pescado enlatado e incluso en la sal marina. Un kilogramo de sal puede contener más de 600 microplásticos, lo que significa que si se consume la ingesta máxima diaria de 5 gramos de sal, eso equivale a ingerir tres partículas de microplásticos al día. Incluso los mosquitos ingieren microplásticos, que ascienden en la cadena alimentaria después de ser comidos por otros animales. Los bebés pueden ingerir diez veces más microplásticos que los adultos, según un estudio de 2021, probablemente debido a su mayor exposición a biberones y juguetes.
Si bien aún está emergiendo el panorama completo del impacto de los microplásticos en la salud humana, las investigaciones sugieren problemas potenciales en varias áreas. Una preocupación es la alteración endocrina, donde los microplásticos pueden interferir con la producción y función de las hormonas, lo que podría provocar trastornos metabólicos, problemas de desarrollo e incluso problemas reproductivos. Además, los microplásticos podrían actuar como portadores de sustancias químicas nocivas, aumentando su absorción por el cuerpo y contribuyendo potencialmente a diversas enfermedades. Además, los estudios sugieren que los microplásticos podrían desencadenar directamente respuestas inflamatorias y alterar la microbiota intestinal, lo que podría afectar la salud general.
En un mundo donde la presencia de microplásticos en el suministro de agua es una preocupación cada vez mayor, la simplicidad de esta última solución es muy bienvenida. Es un recordatorio de que, a veces, las soluciones más efectivas ya están a nuestro alcance, esperando ser descubiertas en las rutinas de nuestra vida diaria.
Fuente: ZME Science.