Los científicos experimentaron un “evento increíblemente raro” la semana pasada cuando vieron una ballena gris navegando por las aguas costeras de Nueva Inglaterra. Se creía que la ballena gris (Eschrichtius robustus) estaba extinta en esta parte del Océano Atlántico. La especie no ha sido vista allí en más de 200 años, según un comunicado del Acuario de Nueva Inglaterra de Boston.
La ballena gris es conocida por su cuerpo gris moteado y su tamaño supremo: las hembras alcanzan los 15 metros y pesan 41.000 kilogramos, en promedio. Carece de aleta dorsal; en cambio, tiene una joroba dorsal en la parte baja de la espalda, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Mientras realizaban reconocimientos aéreos el 1 de marzo, los investigadores del acuario notaron a la ballena solitaria nadando a 48 kilómetros al sur de Nantucket, Massachusetts. El animal, que parecía estar cazando, “se zambulló y resurgió”, lo que permitió a quienes estaban a bordo del avión fotografiar a la ballena en acción. Los científicos tenían una idea de lo que estaban viendo, pero no lo supieron con seguridad hasta que regresaron al acuario para revisar las imágenes.
“No quería decir en voz alta qué era, porque parecía una locura”, dijo en el comunicado Orla O’Brien, científica investigadora asociada del Centro Anderson Cabot para la Vida Oceánica del Acuario de Nueva Inglaterra.
O’Brien compartió sus fotografías con otros investigadores, quienes confirmaron que sus sospechas eran correctas.
“Mi cerebro estaba tratando de procesar lo que estaba viendo, porque este animal era algo que realmente no debería existir en estas aguas”, dijo en el comunicado Kate Laemmle, técnica de investigación del acuario. “Nos reíamos de lo salvaje y emocionante que era ver un animal que desapareció del Atlántico hace cientos de años”.
Si bien las ballenas grises son comunes en el Océano Pacífico, el último avistamiento registrado en esta parte del Atlántico ocurrió en el siglo XVIII. En los últimos 15 años, sólo cinco de estas criaturas han sido avistadas en aguas del Atlántico y el Mediterráneo, incluido un raro avistamiento en diciembre frente a la costa de Florida. Los científicos creen que podría tratarse de la misma ballena.
Los expertos no tienen claro por qué la ballena viajó tan al norte, pero creen que el cambio climático podría ser en parte culpable. Esto se debe a que el Paso del Noroeste, una vía marítima en Canadá que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, ha estado “regularmente libre de hielo” en los últimos años, en parte debido al aumento de las temperaturas globales”, según el comunicado.
“Estos avistamientos de ballenas grises en el Atlántico sirven como recordatorio de la rapidez con la que las especies marinas responden al cambio climático, si se les presenta la oportunidad”, dijo O’Brien en el comunicado.
Fuente: Live Science.