Además de un graznido descontento, algunos pollos también se sonrojan cuando te abalanzas y los recoges. Un nuevo estudio sugiere que, al igual que en los humanos, este enrojecimiento de la piel del rostro es una indicación de una respuesta emocional excitada. Investigaciones anteriores han demostrado que el enrojecimiento facial puede indicar estados de excitación en aves como guacamayas y buitres, por lo que la etóloga Delphine Soulet y sus colegas de la Universidad de Tours examinaron este rasgo para ver si también es un indicador de estados emocionales en pollos (Gallus gallus domesticus).
Se filmaron seis gallinas de Sussex, Inglaterra, en diferentes escenarios, algunas naturales y otras durante diferentes actividades controladas. Estos incluían escenarios emocionantes y gratificantes como baños de polvo y ser alimentado con gusanos de la harina, y estados relacionados con el miedo, como ser capturados y restringidos. Con la ayuda de miles de fotografías tomadas de imágenes de los pollos y un algoritmo especialmente diseñado, los investigadores analizaron el nivel de enrojecimiento de la cresta, las mejillas, el lóbulo de la oreja y la barba (las solapas de piel colgantes debajo de la barbilla) durante estos diferentes escenarios.
“Aunque nuestros hallazgos son preliminares debido a un tamaño de muestra pequeño”, explican Soulet y su equipo, “insinúan que un menor enrojecimiento en las mejillas y los lóbulos de las orejas puede indicar estados de calma y satisfacción”.
Por el contrario, un mayor enrojecimiento facial parece indicar una mayor excitación emocional, incluida la excitación al encontrarse con un alimento favorito como los gusanos de la harina, o el miedo. Soulet y sus colegas también expusieron gradualmente a 13 gallinas de Sussex a la presencia de un experimentador durante un período de cinco semanas, mientras que otras 12 quedaron solas.
“Las gallinas habituadas mostraron un miedo y un enrojecimiento de la piel del rostro significativamente menores en presencia de humanos en comparación con las gallinas no habituadas en la prueba de reactividad a humanos”, señalan los investigadores.
“Proponemos que los cambios en el enrojecimiento de la piel del rostro reflejan variaciones en los estados afectivos y pueden usarse como un marcador para evaluar la calidad de la relación entre humanos y gallinas”.
Con un poco de investigación adicional, el enrojecimiento facial podría convertirse en un poderoso indicador del bienestar de los pollos. También podría resultar útil para interpretar las interacciones sociales y las jerarquías entre aves individuales, algo que los investigadores también desean explorar. A pesar de ser tan complejos cognitiva, emocional y socialmente como muchas otras aves y mamíferos, los pollos a menudo son percibidos erróneamente como poco inteligentes.
Potencialmente desde hace 10.000 años, dimos forma a la evolución de estas aves desde aves silvestres de la jungla hasta aves domésticas. Desde entonces, nos han alimentado por miles de millones, nos han ayudado a cultivar verduras con sus fertilizantes, han protegido cultivos comiendo insectos e incluso nos han brindado compañía y apoyo emocional, por lo que parece justo que hagamos un esfuerzo por comprenderlos también.
Como está escrito en El Principito: “Te vuelves responsable, para siempre, de lo que has domesticado”.
Comprender cómo los animales expresan sus estados emocionales es un paso vital para comprender mejor su nivel de sensibilidad, explican Soulet y su equipo en su artículo.
Esta investigación fue publicada en Applied Animal Behaviour Science.
Fuente: Science Alert.