Investigadores del Hospital Universitario de Uppsala y de la Universidad de Uppsala han demostrado que un simple análisis de sangre que refleja la salud cerebral puede predecir qué personas tienen más riesgo de sufrir un ictus. El descubrimiento podría contribuir a un tratamiento más individualizado de los pacientes con fibrilación auricular. El estudio se ha publicado en la revista Circulation.
La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca más frecuente, y afecta a alrededor de un tercio de todas las personas en algún momento de su vida. La fibrilación auricular es una causa común de ictus, ya que la arritmia cardíaca aumenta el riesgo de formación de coágulos sanguíneos en las aurículas del corazón. Por ello, muchas personas con fibrilación auricular reciben tratamiento anticoagulante con el fin de prevenir el ictus.
Sin embargo, dado que el tratamiento anticoagulante conlleva un mayor riesgo de hemorragias graves, solo las personas con un riesgo moderado o alto de sufrir un ictus reciben este tratamiento, en lugar de todas las personas con fibrilación auricular. Por eso es importante poder identificar, con el mayor grado de precisión posible, a las personas que se beneficiarán del tratamiento anticoagulante.
Los investigadores han analizado la sustancia neurofilamento, una proteína que se libera del cerebro en caso de sobrecarga o hipoxia, en muestras de sangre de más de 3.000 personas con fibrilación auricular. Los investigadores siguieron a estas personas durante una media de un año y medio. Los individuos con los niveles más altos de neurofilamento en la sangre tenían el mayor riesgo de sufrir un ictus. El riesgo de sufrir un ictus entre el cuarto de los pacientes con los niveles más altos de neurofilamento era más de tres veces mayor que entre los pacientes con los niveles más bajos.
“Como el riesgo de sufrir un ictus determina qué tipo de tratamiento es el adecuado, esto puede ayudar a aumentar la precisión en la selección del tratamiento”, afirma Julia Aulin, cardióloga del Hospital Universitario de Uppsala e investigadora de la Universidad de Uppsala, y autora principal del estudio.
Cuando los investigadores combinaron el neurofilamento con muestras de sangre cardíaca normal de los mismos pacientes, esto aumentó aún más la capacidad de predecir el ictus.
“Hasta ahora no habíamos podido medir de esta forma el efecto de la fibrilación auricular sobre el cerebro. Dado que la fibrilación auricular afecta tanto al corazón como al cerebro, es lógico que la precisión mejore cuando se evalúan ambos”, afirma Karl Sjölin, médico especialista en accidentes cerebrovasculares del Hospital Universitario de Uppsala y coautor del estudio.
Los análisis de sangre se utilizan a diario en el ámbito sanitario para evaluar el funcionamiento de nuestros órganos, como el corazón, los riñones y el hígado, pero no existe ningún análisis de sangre establecido para evaluar el estado del cerebro en relación con las enfermedades cardiovasculares.
“Conocimos los neurofilamentos desde hace mucho tiempo, pero solo en los últimos años hemos empezado a entender cómo utilizarlos”, añade Sjölin.
El siguiente paso es investigar el efecto de diversos tratamientos en el ámbito sanitario sobre los niveles de neurofilamentos y si esto a su vez tiene alguna importancia para el riesgo de sufrir un ictus o morir.
“Esperamos poder intervenir en una etapa más temprana e inhibir la tensión nociva en el cerebro antes de que dé lugar a síntomas. Los hallazgos probablemente sean transferibles a otros grupos de pacientes con trastornos cardiovasculares, aunque esto aún está por demostrar. Nuestra esperanza es que finalmente sea posible evaluar la salud cerebral con un simple análisis de sangre en el centro de salud local”, dice Aulin.
Fuente: Medical Xpress.