Un equipo de investigadores médicos de Estados Unidos, China y Alemania informa que cuando un ratón se siente estresado, su cerebro envía señales a una glándula intestinal que provoca la eliminación de un tipo de bacteria que previene la inflamación y una respuesta inmunitaria innecesaria. En su proyecto, publicado en la revista Cell, el grupo estudió las comunicaciones entre el cerebro del ratón y las glándulas de Brunner en el intestino del ratón.
En las últimas décadas, los investigadores médicos han descubierto que las diferentes partes del cuerpo se comunican entre sí mucho más de lo que se creía anteriormente. Una de esas redes se encontró entre el cerebro y el intestino.
Los investigadores han descubierto, por ejemplo, que cuando un organismo experimenta estrés, el cerebro da señales a los órganos para que liberen hormonas para manejar el evento estresante. Sin embargo, esto también puede desencadenar un ataque de enfermedad inflamatoria intestinal. En este nuevo estudio, el equipo de investigación examinó más de cerca las líneas de comunicación entre el cerebro del ratón y el intestino del ratón.
Los investigadores se centraron más específicamente en las glándulas de Brunner, que se encuentran en las paredes del intestino delgado. Investigaciones anteriores han demostrado que su función es producir moco para ayudar a que el material se mueva a través del intestino. Pero como también albergan muchas células nerviosas, el equipo de investigación sospechó que podrían hacer más.
El equipo descubrió que la extirpación de las glándulas reducía la capacidad de combatir las infecciones bacterianas. También conducía a la inflamación y a una sobreabundancia de sustancias químicas inmunológicas. Observaron que los seres humanos tenían experiencias similares después de la extirpación de las glándulas debido al crecimiento de tumores.
El equipo también descubrió que la extirpación de las glándulas eliminaba un tipo de bacteria conocida por inducir la producción de proteínas que recubren el intestino, impidiendo que el contenido indeseable del intestino pase al torrente sanguíneo. Sin las bacterias, las paredes intestinales se volvían permeables, lo que permitía que el material indeseable pasara al torrente sanguíneo, lo que resultaba en una respuesta inmunológica, que también causaba inflamación.
El equipo de investigación descubrió que las células nerviosas de las glándulas estaban conectadas directamente al nervio vago, que serpentea hasta la amígdala, una parte del cerebro involucrada en el procesamiento del estrés. La etapa final de la investigación consistió en someter a estrés a ratones con glándulas de Brunner sanas, lo que provocó los mismos síntomas observados cuando se extirparon las glándulas.
Fuente: Medical Xpress.