Según un nuevo estudio, basta con hacer cinco minutos de ejercicio al día para reducir notablemente la presión arterial. La presión arterial alta se clasifica como una lectura de 140 milímetros de mercurio (mmHg) o más cuando la sangre se bombea a través de las arterias (lo que se conoce como presión sistólica) y de 90 mmHg o más cuando el corazón está en diastólica, o en reposo. Se estimó que unos pocos minutos de actividad que aumente la frecuencia cardíaca, como montar en bicicleta o subir escaleras, reducen la presión arterial sistólica en 0,68 mmHg y la presión arterial diastólica en 0,54 mmHg, según los datos. También conocida como hipertensión, la afección conlleva un mayor riesgo de problemas de salud graves, incluidos ataques cardíacos y daño renal.
“La buena noticia es que, independientemente de tu capacidad física, no se necesita mucho tiempo para que tenga un efecto positivo en la presión arterial”, afirma la primera autora y epidemióloga Jo Blodgett del University College de Londres.
“Lo que hace única a nuestra variable de ejercicio es que incluye todas las actividades similares al ejercicio, desde subir escaleras hasta un pequeño recado en bicicleta, muchas de las cuales se pueden integrar en las rutinas diarias”.
El estudio se basó en una semana de datos de actividad y lecturas de presión arterial recopiladas mediante dispositivos portátiles en 14.761 participantes. La actividad diaria se dividió en seis tipos: sueño, comportamiento sedentario, caminar lento, caminar rápido, estar de pie y ejercicio vigoroso. Estos patrones diarios se compararon con la presión arterial, junto con otras influencias potenciales (como la edad y el sexo).
Los investigadores calcularon luego algunos escenarios hipotéticos: cómo el cambio de esos hábitos podría cambiar la presión arterial. Por ejemplo, se estimó una mejora de 2 mmHg en la presión arterial sistólica si el ejercicio reemplazaba 21 minutos de tiempo sedentario o 21 minutos de caminata rápida al día.
“Para quienes no hacen mucho ejercicio, caminar todavía tenía algunos beneficios positivos para la presión arterial”, dice Blodgett. “Pero si lo que se quiere es cambiar la presión arterial, el mayor efecto se consigue si se aumenta la exigencia del sistema cardiovascular a través del ejercicio”.
Al tratarse de un estudio observacional que implica múltiples variables, no se puede establecer una relación causal directa. Sin embargo, a medida que el equipo analizó los datos de un grupo grande de personas, hay una fuerte indicación de que una pequeña cantidad de ejercicio podría afectar a la presión arterial (algo que otros estudios también han sugerido). Teniendo en cuenta la cantidad relativamente pequeña de tiempo necesaria y la variedad de ejercicios sencillos que marcan la diferencia, el equipo internacional responsable de la investigación espera que estos hallazgos puedan ayudar a los 1.280 millones de adultos de todo el mundo que padecen hipertensión.
“El hallazgo de que hacer tan sólo cinco minutos adicionales de ejercicio al día podría estar asociado con lecturas de presión arterial considerablemente más bajas pone de relieve lo eficaces que pueden ser los períodos cortos de movimiento de mayor intensidad para el control de la presión arterial”, afirma el coautor principal Emmanuel Stamatakis, profesor de actividad física y salud de la población en la Universidad de Sídney.
La investigación se ha publicado en Circulation.
Fuente: Science Alert.