Algunos antidepresivos podrían acelerar el deterioro de pacientes con demencia

Salud y medicina

La demencia suele estar asociada a una pérdida grave de la memoria y de la función cognitiva. Suele ir acompañada de una variedad de otros síntomas psiquiátricos, como ansiedad, falta de sueño y depresión. Un nuevo estudio poblacional dirigido por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia ha descubierto que una clase común de medicamentos de primera línea recetados a pacientes con demencia para la depresión podría estar acelerando su deterioro cognitivo, al tiempo que aumenta el riesgo de fracturas y de muerte prematura.

Aunque no se pueden descartar otros factores de forma concluyente, la posibilidad de que algunos antidepresivos puedan empeorar una enfermedad subyacente puede ser importante para que los especialistas médicos que tratan a pacientes con demencia la consideren. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) se consideran la primera opción en antidepresivos gracias a que tienen relativamente pocos efectos secundarios. Sin embargo, investigaciones recientes han identificado una asociación entre los inhibidores y un mayor riesgo de demencia en adultos mayores, en comparación con la psicoterapia.

No es sorprendente que algunas clases de antidepresivos puedan interferir con los procesos responsables de nuestra capacidad de pensar y recordar nuestro pasado. Sin embargo, se ha considerado que los ISRS son en gran medida útiles para proteger el cerebro de la neurodegeneración, incluso se los ha vinculado con la reducción de las placas que se cree que desempeñan un papel en el daño a las células cerebrales. La conciliación de estos hallazgos aparentemente contradictorios en la población no ha revelado una respuesta definitiva, posiblemente debido al tipo de datos recopilados y las limitaciones en la forma en que se recopilaron los resultados.

Resultados de un miniexamen del estado mental realizado durante tres años, en el que se compara el uso de antidepresivos con la falta de uso en pacientes con demencia. Mo et al., BMC Medicine, 2025.

Para su análisis exhaustivo, la neurobióloga del Instituto Karolinska Minjia Mo y sus colegas utilizaron un registro sueco de datos médicos recopilados a nivel nacional de pacientes con demencia recién diagnosticados entre 2007 y 2018. Se incluyó un total de 18.740 pacientes, de los cuales poco más del 20% había recibido recientemente al menos un antidepresivo.

De esas prescripciones de medicamentos individuales, poco menos de dos tercios eran alguna forma de ISRS. El equipo encontró una clara relación entre esa medicación y la demencia grave, y cualquier dosis superior a la diaria estándar predice un aumento de casi medio punto en las puntuaciones de la evaluación de la demencia por año.

Dada la naturaleza observacional del estudio y sus limitaciones inherentes, es plausible que otros factores puedan estar influyendo en la relación, lo que dificulta trazar una línea clara entre la dosis de antidepresivos y el deterioro cognitivo. El hecho de que los pacientes ya estén experimentando un deterioro cognitivo hace que el resultado sea especialmente difícil de analizar. Sin embargo, los investigadores también encontraron un aumento preocupante en el riesgo de fracturas que podría estar asociado con dosis más altas de ISRS, lo que también puede indicar una interferencia neurológica no deseada, al igual que sus resultados que insinúan un aumento en la mortalidad por todas las causas.

El estudio no encontró ningún vínculo de este tipo con los IRSN, lo que sugiere diferencias en sus mecanismos o posiblemente una limitación en el estudio en sí. Las investigaciones futuras podrían proporcionar claridad sobre los riesgos y beneficios de cada clase de antidepresivo.

Es importante señalar que los cambios en la medicación solo deben realizarse en consulta con un médico. Los médicos y especialistas en el tratamiento de la demencia tienen en cuenta una variedad de riesgos y posibles beneficios al recetar un plan de tratamiento a cada paciente y al modificarlo. Adaptar las combinaciones de medicamentos y dosis significa tener en cuenta su pronóstico general, por lo que estudios como estos son esenciales para lograr el equilibrio adecuado para aliviar la angustia que acompaña al deterioro cognitivo.

Esta investigación se publicó en BMC Medicine.

Fuente: Science Alert.

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