Chimpancés salvajes usan medicamentos para curarse las heridas unos a otros

Biología

En los bosques de Uganda, chimpancés salvajes fueron captados en cámara haciendo algo sorprendentemente humano: curarse las heridas unos a otros con hojas y plantas masticadas.

En un comportamiento que sugiere empatía y altruismo, los chimpancés demostraron varias técnicas para el cuidado de heridas.

Notablemente humano

Los científicos estudiaron dos comunidades de chimpancés en el bosque de Budongo, Uganda: Sonso y Waibira. Estos chimpancés (como prácticamente todos los chimpancés en libertad) son vulnerables a lesiones causadas por peleas, accidentes o trampas colocadas por humanos. En los chimpancés de Sonso, por ejemplo, se ha observado que alrededor del 40 % de todos los individuos presentan lesiones causadas por trampas.

Elodie Freymann, de la Universidad de Oxford, y sus colegas han estudiado a estos chimpancés durante varios años. Anteriormente, descubrieron que los chimpancés usan plantas medicinales para tratar dolencias, y en el nuevo estudio, investigaron si tratan a otros o solo a sí mismos. Freymann no se propuso encontrar chimpancés que actuaran como paramédicos. Había estado estudiando la alimentación de estos simios, buscando indicios de que usaran plantas con propiedades medicinales. Entonces, se topó con una serie de entradas sorprendentes en los registros del sitio, que tenían décadas de antigüedad.

“Un día estaba leyendo el registro de eventos inusuales del sitio (donde los investigadores y el personal de campo registran los comportamientos inusuales que han observado) y noté que había bastantes casos de chimpancés que aplicaban material vegetal a las heridas”, le dice Freymann a ZME Science.

“A medida que seguía leyendo, encontré varios casos de chimpancés que atendían heridas y lesiones de otros. Al darme cuenta de que esto ocurría en Budongo, comencé a prestar más atención a las heridas de los chimpancés y a registrar sistemáticamente los casos de atención externa”.

Elodie Freymann en el bosque. Créditos de la imagen: Elodie Freymann.

Pasó meses observando dos comunidades de chimpancés en Budongo y recopilando videos, registros de campo y testimonios de otros investigadores. Encontró un patrón.

En total, el equipo registró 41 casos de atención a heridas. La mayoría fueron actos de autocuidado: chimpancés lamiéndose las heridas, presionándolas con los dedos u hojas, o aplicando plantas masticadas. Pero siete casos fueron más sorprendentes: un chimpancé atendiendo a otro.

Sanación sin fronteras

Los chimpancés cuidan sus heridas de varias maneras: lamerlas directamente, lo que elimina los residuos y potencialmente aplica compuestos antimicrobianos en la saliva; lamer los dedos seguido de presionar la herida; frotar las hojas; y masticar plantas y aplicarlas directamente sobre las heridas, explica Freymann. Los investigadores descubrieron que las especies vegetales utilizadas a menudo tenían usos conocidos en la medicina tradicional o contenían propiedades químicas que podrían favorecer la cicatrización.

No está claro cuán útiles son estas técnicas (es decir, si ayudan a reducir la infección o a favorecer la curación), pero todas tienen un mecanismo plausible. Cuando un chimpancé trata a otro, sugiere una mayor capacidad de empatía e incluso insinúa los orígenes evolutivos de la medicina.

En cuatro casos, un individuo aplicó un tratamiento para heridas a otro. En otros dos, los chimpancés ayudaron a sus compañeros a escapar de las trampas. En una ocasión, un chimpancé ayudó a otro con la higiene básica.

“Originalmente se planteó la hipótesis de que los chimpancés solo brindarían atención médica a individuos genéticamente emparentados, lo que concuerda con la teoría de la selección de parentesco”, explica Freymann a ZME Science. “Sin embargo, evidencia reciente ha demostrado que los chimpancés también extienden la atención médica prosocial a miembros del grupo genéticamente no emparentados, aunque estas observaciones se limitaban previamente a unos pocos sitios de estudio”. El término prosocial se refiere a comportamientos amistosos o altruistas.

Créditos de la imagen: Elodie Freymann.

Los hallazgos del bosque de Budongo aportan evidencia adicional de este fenómeno y sugieren que el cuidado prosocial dirigido a individuos no emparentados puede estar más extendido en las poblaciones de chimpancés de lo que se reconocía anteriormente. Las implicaciones van más allá del bosque. Si los chimpancés comparten esta capacidad de cuidado, es probable que surgiera antes de que nuestra especie se separara de la suya hace unos seis millones de años. Esto situaría los orígenes de la medicina no en los primeros humanos, sino en nuestro último ancestro común. Nuestros ancestros podrían haber practicado el mismo tipo de cuidado de heridas. Dada la presencia de estos comportamientos en múltiples poblaciones de chimpancés, parece razonable concluir que es probable que nuestro ancestro común con los grandes simios tuviera comportamientos básicos de atención médica, lo que representa una antigua base evolutiva sobre la que posteriormente se desarrollaron prácticas médicas humanas más complejas.

¿Son los chimpancés capaces de altruismo?

Los chimpancés de Budongo no son los únicos que usan la farmacia de la naturaleza. Se ha observado que elefantes, aves y otros primates se automedican, consumiendo plantas o tierras con propiedades curativas. Pero el tratamiento prosocial, especialmente en el caso de heridas, es extremadamente raro en el reino animal.

Eso hace que cada nueva observación en Budongo sea valiosa. También hace que sea importante estudiar las diferencias entre grupos para ver si existe un componente cultural.

La comunidad de Sonso, más acostumbrada a la observación humana que los chimpancés de Waibira, mostró más casos de atención. Freymann señala que esto podría reflejar mayores oportunidades de observación, más que una verdadera diferencia de comportamiento. El equipo también advierte que los comportamientos poco comunes son difíciles de estudiar con fiabilidad y requieren datos a más largo plazo. Le preguntamos a Freymann si esto podría interpretarse como una forma de altruismo o empatía.

Los casos de atención médica prosocial que reportamos aquí sin duda refuerzan la creciente evidencia de que los chimpancés son capaces de sentir empatía y altruismo. Como mínimo, los chimpancés son capaces de reconocer cuando otros necesitan ayuda y aplicar a otros el mismo cuidado que se aplicarían a sí mismos, sin ningún beneficio personal inmediato. Los casos que reportamos son especialmente interesantes porque quienes brindan atención a otros a menudo no tienen parentesco genético con la persona herida.

Sin embargo, observar el comportamiento de los chimpancés es difícil y lleva tiempo. La relativa rareza de estos comportamientos dificulta la identificación de patrones sobre cuándo y cómo se brinda dicho cuidado.

La relativa escasez de atención sanitaria prosocial dificulta la identificación de patrones sobre cuándo y por qué se brinda o se deniega dicha atención. Estas limitaciones señalan las líneas de investigación futuras en este campo emergente.

Los próximos pasos de Freymann incluyen identificar qué plantas usan los chimpancés para el cuidado de heridas en diferentes bosques. ¿Se prefieren algunas plantas medicinales a toda la especie? ¿O dependen de la flora local disponible?

Cualquiera que sea la respuesta, estos estudios están empezando a desentrañar un antiguo tipo de atención médica: no de batas blancas y estetoscopios, sino de ungüentos de hojas, miembros heridos y actos silenciosos de compasión bajo los árboles.

El estudio fue publicado en Frontiers in Ecology and Evolution.

Fuente: ZME Science.

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