Un esqueleto de 7.100 años de antigüedad hallado en China ha revelado un linaje “fantasma” sobre el que los científicos hasta ahora sólo habían teorizado, según un nuevo estudio. Los investigadores realizaron el descubrimiento mientras estudiaban esqueletos antiguos que podrían ayudarles a cartografiar la diversidad genética de China central. El ADN de esta persona de linaje fantasma, una mujer del Neolítico Temprano enterrada en el yacimiento arqueológico de Xingyi, en la provincia de Yunnan, al suroeste de China, también ofrece pistas sobre los orígenes del pueblo tibetano.
“Es probable que hubiera más ejemplares de su especie, pero aún no se han tomado muestras de ellos”, dijo a Live Science en un correo electrónico la coautora del estudio, Qiaomei Fu, paleontóloga del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín.
Fu y sus colegas detallaron su análisis de 127 genomas humanos del suroeste de China en un estudio publicado el 29 de mayo en la revista Science. La mayoría de los esqueletos que muestrearon databan de hace entre 1400 y 7150 años y provenían de la provincia de Yunnan, que actualmente posee la mayor diversidad étnica y lingüística de toda China.
“Los antiguos humanos que vivieron en esta región podrían ser clave para responder a varias preguntas pendientes sobre las poblaciones prehistóricas del este y sudeste asiático”, escribieron los investigadores en el estudio. Estas preguntas sin respuesta incluyen el origen de los habitantes de la meseta tibetana, ya que estudios previos han demostrado que los tibetanos tienen ascendencia del norte de Asia oriental, junto con una ascendencia fantasmal única que ha desconcertado a los investigadores. Los investigadores descubrieron que la persona de mayor edad examinada era el eslabón perdido entre los tibetanos y el linaje de los fantasmas.
Cazadores de fantasmas
En el yacimiento arqueológico de Xingyi, en el centro de Yunnan, se descubrieron docenas de entierros que datan del Neolítico (7000-2000 a. C.) a la Edad del Bronce (2000-770 a. C.). Debajo de los demás entierros, los arqueólogos hallaron un esqueleto femenino sin ajuar funerario. La datación por carbono reveló que vivió hace unos 7100 años, y el análisis isotópico de su dieta indicó que probablemente era cazadora-recolectora.
Pero el análisis genómico de la mujer, que fue bautizada Xingyi_EN, fue una sorpresa: su ascendencia no era muy similar a la de los asiáticos orientales y meridionales, sino que se acercaba más a una población asiática “profundamente divergente” cuyos genes contribuyeron a la población fantasma que sólo se observa en los tibetanos modernos. Una “población fantasma” se refiere a un grupo de personas que no se conocían previamente a partir de restos esqueléticos, pero cuya existencia se ha inferido mediante análisis estadístico de ADN antiguo y moderno.
La ascendencia misteriosa observada en Xingyi_EN no coincide con la de los neandertales ni la de los denisovanos, ambas poblaciones antiguas bien conocidas que aportaron ADN “fantasma” a los humanos. En realidad, Xingyi_EN es evidencia de un linaje previamente desconocido que divergió de otros humanos hace al menos 40.000 años, según los investigadores, y que ha sido denominado linaje Xingyi del Asia Basal.
Durante miles de años, el linaje estuvo separado de otros grupos humanos, lo que significa que no hubo mezclas genéticas que pudieran mezclar su ADN. “El posible aislamiento permitió que esta ascendencia persistiera sin mezcla aparente con otras poblaciones”, afirmó Fu.
Pero en algún momento, los parientes de Xingyi_EN se cruzaron con otros grupos de ascendencia del este asiático, mezclando su ADN. “Esta población mixta ha perdurado durante bastante tiempo y ha aportado genes a algunos tibetanos actuales”, explicó Fu.
Sin embargo, estos resultados deben tomarse con cautela, señalaron los investigadores en el estudio. Dado que la evidencia genética proviene de una sola persona, se necesita más investigación para comprender plenamente la relación entre Xingyi_EN y el linaje de los fantasmas tibetanos.
Fuente: Live Science.