Los astrónomos han descubierto que una extraña roca espacial en el borde del sistema solar está atrapada en una danza rítmica con Neptuno. El objeto, designado como 2020 VN40, forma parte de una familia de objetos distantes del sistema solar llamados objetos transneptunianos (TNO). 2020 VN40 es el primer objeto descubierto que orbita el Sol una vez por cada diez órbitas que realiza Neptuno. Considerando que un año neptuniano dura 164,8 años terrestres, esto significa que 2020 VN40 tiene un año larguísimo, con una duración de aproximadamente 1648 años o 19776 meses en la Tierra.
El equipo responsable de esta investigación cree que la pesada danza orbital de 2020 VN40 con Neptuno pudo haberse producido al verse atrapado temporalmente por la gravedad del gigante helado. Por lo tanto, este descubrimiento podría ayudar a los investigadores a comprender mejor la dinámica de los cuerpos en los confines del sistema solar.
“Este es un gran paso en la comprensión del sistema solar exterior”, declaró Rosemary Pike, líder del equipo del Centro de Astrofísica de Harvard y Smithsonian. “Demuestra que incluso regiones muy distantes bajo la influencia de Neptuno pueden contener objetos, y nos proporciona nuevas pistas sobre la evolución del sistema solar”.
El ritmo orbital de 2020 VN40 se descubrió a partir de datos del sondeo de Objetos Distantes de Gran Inclinación (LiDO). LiDO utiliza el Telescopio Canadá-Francia-Hawái, con el apoyo del Observatorio Gemini y el Telescopio Walter Baade, para buscar objetos extraños en el sistema solar exterior.
En particular, LiDO se especializa en la búsqueda de TNO con órbitas que los sitúan muy por encima y por debajo del plano orbital de la Tierra alrededor del Sol. Estas son regiones del sistema solar que, hasta ahora, han sido escasamente exploradas por los astrónomos.
“Ha sido fascinante aprender cuántos cuerpos pequeños del sistema solar existen en estas órbitas tan grandes y muy inclinadas”, dijo Samantha Lawler, miembro del equipo LiDO e investigadora de la Universidad de Regina.

La trayectoria altamente inclinada de 2020 VN40 lo encuentra a una distancia promedio del Sol equivalente a 140 veces la distancia entre la Tierra y nuestra estrella. Sin embargo, el elemento más interesante de la órbita de 2020 VN40 es su resonancia con la órbita de Neptuno. Otros cuerpos alineados rítmicamente con Neptuno alcanzan su máximo acercamiento al Sol (el perihelio) cuando Neptuno se encuentra a su máxima distancia de nuestra estrella (el afelio).
Desafiando esta tendencia, 2020 VN40 se encuentra en su perihelio cuando Neptuno también está cerca del Sol. Esto si se observara desde arriba del sistema solar, ya que la inclinación de 2020 VN40 significa que este TNO y Neptuno no están realmente cerca; el TNO está, de hecho, muy por debajo del sistema solar. Esto también separa a 2020 VN40 de otros TNO resonantes, que tienden a permanecer dentro del plano del sistema solar cuando se acercan al Sol.
“Este nuevo movimiento es como encontrar un ritmo oculto en una canción que creíamos conocer”, dijo Ruth Murray-Clay, miembro del equipo y científica de la Universidad de California en Santa Cruz. “Podría cambiar nuestra perspectiva sobre el movimiento de los objetos distantes”.
Revelar la extrañeza orbital de 2020 VN40 sugiere que los objetos del sistema solar con órbitas muy inclinadas pueden adoptar tipos de movimiento nuevos e inesperados. Ahora se está buscando más cuerpos como 2020 VN40, y el recién instalado Observatorio Vera C. Rubin desempeñará un papel clave en esta investigación.
“Esto es solo el comienzo”, dijo Kathryn Volk, miembro del equipo e investigadora del Instituto de Ciencias Planetarias. “Estamos abriendo una nueva ventana al pasado del sistema solar”.
Los resultados de 2020 VN40 se publicaron el 7 de julio en The Planetary Science Journal.
Fuente: Live Science.