Hace aproximadamente 76 millones de años, una manada de dinosaurios herbívoros dejó un rastro de huellas que revela que diferentes especies pueden haber caminado juntas (y también haber sido acechadas juntas). Un equipo internacional de paleontólogos descubrió las huellas preservadas en roca de hierro en el Parque Provincial de los Dinosaurios de Canadá. Esta zona es conocida por sus extraordinarios especímenes fósiles, pero este es el primer conjunto de huellas de buena calidad hallado en la zona.
Revelan algo fascinante: aparecen huellas de al menos cinco dinosaurios ceratopsianos junto a las de un anquilosaurio, lo que significa que esta podría ser la primera evidencia de pastoreo de múltiples especies entre dinosaurios. Sin embargo, aunque los investigadores pueden confirmar que estas huellas se formaron aproximadamente al mismo tiempo, podrían pasar horas o días entre ellas.
“Durante mucho tiempo se ha sospechado que los ceratopsianos vivían en manadas debido a la existencia de yacimientos óseos que preservan juntos a múltiples individuos de la misma especie”, afirma el paleontólogo Jack Lovegrove del Museo de Historia Natural de Londres.
Sin embargo, estos yacimientos óseos solo nos indican con certeza que estos animales murieron juntos o que sus cuerpos se acumularon tras la muerte. Las huellas preservadas de varios ceratopsianos caminando juntos en grupo constituyen una evidencia poco común de la convivencia de estos animales.

La posición de estas huellas sugiere que los animales visitaban una fuente de agua, quizás siguiendo un antiguo río. Curiosamente, otros conjuntos de huellas, paralelos a la línea de agua, delatan la presencia de depredadores en el medio: dos tiranosaurios y otro pequeño dinosaurio carnívoro, posiblemente un terápodo.
“Las huellas del tiranosaurio dan la sensación de que en realidad estaban observando a la manada, lo cual es un pensamiento bastante escalofriante, pero no sabemos con certeza si realmente se cruzaron”, dice el paleontólogo Phil Bell de la Universidad de Nueva Inglaterra en Australia.
Aunque esto es más bien un montaje de la vida cretácica, como lo expresa Lovegrove, ha permitido a los investigadores identificar muchas más huellas dentro del parque, lo que promete muchos más detalles sobre cómo estas criaturas vivieron juntas.
La investigación fue publicada en PLOS One.
Fuente: Science Alert.